Berto Romero ridiculiza la actual situación política sobre la independencia de Cataluña

Andreu Buenafuente sigue de baja médica y en esta ocasión, tras ser sustituido por David Broncano, el martes 3 de octubre Berto Romero ha llevado las riendas de 'Late motiv', el programa que tiene en #0 de Movistar+. En su comienzo, como es habitual, ha tenido lugar un monólogo.

Como no podía ser de otra manera, Romero lo ha dedicado a la situación política actual que vive España en torno al referéndum ilegal y la petición de la independencia de Cataluña: "Estoy preocupado por cómo está el asunto. Estos días estoy viendo cosas que pensé que no vería jamás", eran sus primeras palabras.

Haciendo un paralelismo en tono de humor de la situación que vive él personalmente en su hogar y con sus hijos, Berto comentaba lo siguiente: "Perdonadme el egoísmo, me preocupan las cosas en mi casa. Ayer mis hijos volvieron a discutir por no sé qué mierda de niños, que discuten cada día por cosas de niños de mierda. La pelea era algo así como que uno le decía al otro: 'Tú sí', y el otro contestaba: 'Yo no".

"Entonces, esto los metía como en un círculo que provocaba que el que había empezado a su vez dijera 'tú sí' y el otro 'yo no'. Un tono de discusión muy bajo, muy poco sofisticado, muy bronco... repleto de argumentos ad hominem. La verdad es que no estaban finos. Sofisticaron un poco los argumentos añadiendo un 'porque tú sí' y 'porque yo no', pero poco más se avanzó por aquí", añadía.

La peculiar historia del cómico continuaba de la siguiente manera: "Llegaron a las manos y con las manos se llegaron a las caras. Se trabajó un poco de patada voladora y en general una especie de refriegas que practican ellos, que son como ataques de gatos en un callejón. De retruque recibió su hermana, la niña, que se llevó un toque colateral en la cabeza con una pieza de Lego".

[Leer aquí: La polémica (y contundente) conclusión de Buenafuente sobre el referéndum]

"Ahí entré yo con lo que hago normalmente, que consiste en separarlos y llevarlos a lugares distintos de la casa donde les explico que hasta que no se calmen no podemos discutir, y que cuando estén tranquilos podremos ver qué ha pasado y hablando lo solucionamos, porque los mayores no arreglamos las cosas así, a gritos. Los mayores nos tratamos con respeto y, sobre todo, nos guardamos de tener que recurrir a la violencia, que es el último recurso de los incompetentes". seguía comentando

Y arrancando los aplausos del público, concluía de la siguiente manera: "Ellos están bien ya. Se calmaron y podemos decir en casa que el conflicto pertenece ya al pasado. Aunque por lo que me cuenta mi mujer, ahora se han enganchado con 'tú no' y el otro 'yo sí', que plantea similares expectativas de resolución. Pero, bueno, ahí estamos. Y diréis ¿qué te preocupa de tu casa, si parece que está todo solucionado? Pues no sé de qué clase de hormigón armado tengo que revestirme la cara para que no se me caiga al suelo de la vergüenza cuando se enteren de que les estoy engañando, porque lo que les enseño fuera de casa no vale".