'Salvados': los cuatro testimonios más dolorosos que recogió Évole en Irak y Siria

Jordi Évole eligió la ciudad de Raqqa para regresar este otoño con una temporada más de 'Sálvados'. Tras un pequeño aperitivo especial con Puigdemont, el periodista catalán se alejó de la agenda mediática para adentrarse en el último bastión del Estado Islámico. Por primera vez en diez años de emisión, Évole se desplazó a un frente de combate en busca del origen del Dáesh en Irak y Siria.

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El periodista de La Sexta comenzó el programa en la ciudad iraquí de Mosul, un territorio que recuerda al paraje de cristales rotos y ruidos constantes de los bombardeos que describió Arturo Pérez-Reverte en el "best seller" de 'Territorio Comanche'. En su primera parada, una mujer de la ciudad confesó ante las cámaras las múltiples torturas y ejecuciones que presenció en un edificio de siete plantas.

Lanzaban a niños desde un edificio de 7 plantas

"Hicieron un círculo y lapidaron a una mujer una y otra vez con piedras, le lanzaron piedras grandes y pesadas hasta que corrió la sangre y la mujer cayó muerta", aseguró la mujer. La ciudadana de Mosul acompañó a la cámara de La Sexta al edificio desde el que se tiraban a niños y mujeres desde un séptimo piso.

"La colisión era brutal, pero en algunas ocasiones no llegaban a morir. Si veían que respiraban les pegaban un tiro en la cabeza. Normalmente el cuerpo se rompía por todas partes".

Mi hija enfermó de ver degollar a gente

Antes de viajar a Siria, Évole charló con un grupo de supervivientes en la ciudad de Mosul. El primero le contó al periodista que su hija de seis años es dependiente por culpa del miedo: "Los niños de Mosul están traumatizados de ver degollar a gente y de los bombardeos. Son irrecuperables".

Un expolicía de Mosul que escuchaba la conversación, le confesó al periodista de La Sexta las terribles torturas a las que fue sometido: "El Dáesh me capturó y me torturó. Permanecí más de un mes detenido en su sede de seguridad. Cada día alguien me apuntaba con una pistola y me amenazaba: 'despídete que vas a morir'. Por la mañana venían cinco hombres a pegarme y azotarme".

Las combatientes

Una combatiente en Raqqa contra Dáesh explicó a Jordi Évole que están en la ciudad para "rescatar a mujeres y niños yazidíes en Raqqa". Para las combatientes "es un orgullo que las mujeres estemos destruyendo al Dáesh". Sin embargo, no todo son victorias en la vida de muchas combatientes.

La misma combatiente detalló a las cámaras de La Sexta cómo fue la masacre en Shengal de 2015: "La gente fue masacrada y obligada a marcharse a las montañas donde murieron de hambre. Los jóvenes, de entre 14 y 20 años, y los ancianos fueron quemados. También mataron a los hombres delante de sus hijos y familiares y secuestraban a las mujeres".

La guerrillera confesó al periodista catalán que su madre no pudo alimentar a su hermana, que nació durante la masacre: "La pudimos llevar a un hospital, pero al final murió. Antes de morir agarró a mi madre fuerte y murió". "El dolor que hemos sufrido nos hace más fuertes", sentenció la mujer mientras se escuchaba explotar un coche bomba.