Lo que Telecinco tiene que aprender del fracaso de 'Mi madre cocina mejor que...'

Telecinco ha puesto este verano toda la carne en el asador, siendo el canal que más ha apostado por la temporada estival con hasta cuatro programas de estreno en prime time y el lanzamiento de una nueva serie. Sin embargo, el respaldo de la audiencia ha sido desigual, con 'Mi madre cocina mejor que la tuya' como el principal fracaso de todas estas apuestas.

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El rescate de este concurso culinario por parte de Mediaset, ahora para la franja estelar tras su paso por la tarde de Cuatro en el año 2014, no ha logrado conectar con el gran público, promediando en sus dos emisiones un discreto 9,8% y 1.156.000 espectadores. Es por ello que, ante el lanzamiento de su decisiva tercera entrega, desde EL CONFI TV analizamos los factores que pueden explicar la falta de interés despertada por el producto.

Empacho de programas de cocina

Tras el éxito de la primera edición de 'MasterChef' en 2013, no pocos fueron los programas que trataron de continuar la estela de su éxito: de 'Top Chef' a 'Deja sitio para el postre', lo que unido a la proliferación de espacios culinarios como 'Karlos Arguiñano, en tu cocina', 'Cocina2', 'Hoy cocinas tú', 'Un país para comérselo' o 'Torres en la cocina' ha terminado produciendo un empacho en el espectador.

Es por ello que es complicado asentar un nuevo talent show de cocina en la parrilla actual, donde 'MasterChef' ha logrado extender su dominio con hasta tres ediciones al año (normal, 'Junior' y 'Celebrity'). Introducir un gran elemento diferenciador es clave para encontrar el hueco, para destacar sobre el resto y mantener la atención del espectador. 'Pesadilla en la cocina' lo ha hecho, abarcando mucho más que la cocina para ejecutar un espectáculo que, seis temporadas después, continúa enganchando al público como el primer día. 'Mi madre cocina mejor que la tuya' resulta insípido al no lograr innovar en ningún aspecto.

Una mecánica repetitiva

'Mi madre cocina mejor que la tuya' arrancó sin explicar al público la mecánica del concurso, entrando directamente en harina sin mayores presentaciones. Este inicio no hizo otra cosa que descolocar al público, ya que saber a lo que se enfrenta a la hora de ver un primer programa es clave para mantener su interés en las diferentes pruebas. Entender el desarrollo del programa para poder seguirlo es un principio básico del que aquí parece se olvidaron por completo.

En este sentido no ayuda lo repetitiva que resulta su mecánica, con los participantes realizando dos veces seguidas la misma receta, una acompañada del chef y otra junto a su progenitora. Este aspecto resta emoción a un formato que podría funcionar mejor si redujese su número de concursantes y de pruebas, lo que además permitiría al espectador conocer más a los protagonistas de cada entrega.

Un jurado sin chispa

Si la audiencia no tiene ocasión de conectar mínimamente con los concursantes (para, al menos, interesarse por quién gane el premio de cada entrega), la otra ocpión sería hacerlo con el jurado, figura que además es fija y da continuidad al espacio. El trío compuesto por Rodrigo de la Calle, Rocío Muñoz y Juan Echanove es otro de los aspectos donde flojea 'Mi madre cocina mejor que la tuya', ya que ninguno es capaz de destacar por su personalidad.

No hay rastro de la contudencia de Chicote, de la cercanía de Arguiñano o de la exigencia de Jordi Cruz, los jueces resultan anodinos

Los tres resultan figuras anodinas dentro del programa, pasando completamente desapercibidos (algo que, afortunadamente no sucede con los participantes, con un buen casting hasta la fecha) sin ninguna característica por la que se recordados por el espectador. No hay rastro de la contundencia de Chicote, de la cercanía de Arguiñano o de la exigencia de Jordi Cruz, lo que hace que estos jueces pasen por televisión sin pena ni gloria.

Una competición que se diluye en el tono

Mientras que el gran público está acostumbrado a la seriedad del resto de competiciones culinarias televisivas, el espacio de Santi Millán apuesta por el humor para tratar de marcar la diferencia. Sin embargo, este tono simpático se diluye cuando llegan las valoraciones serias, lo que hace que se quede a medio camino en su propósito de "programa informal y divertido". El enlatado del programa tampoco ayuda en este aspecto, con un ritmo acelerado que termina saturando.

Precisamente en este sentido brilla 'Nailed it' en Netflix, un espacio que va hasta las últimas consecuencias con los mayores despropósitos culinarios de la televisión: tanto los concursantes como el jurado y su presentadora van al programa para pasárselo bien y entregarse al show, logrando que el buen rollo se contagie al espectador. 'Nailed it' no se toma en serio a sí mismo, algo que se presenta fundamental y que 'Mi madre cocina mejor que la tuya' parece no haber entendido. Una lástima, porque de ser así el programa hubiese ganado enteros desde su inicio.