Los Jurado-Cano, una saga rota por una herencia rentabilizada en televisión

Rocío Jurado, y el clan formado por toda su familia, fue este jueves protagonista de la nueva entrega de 'Lazos de sangre' en TVE. De la mano de su viudo, Ortega Cano, el programa repasó los orígenes de esta mediática saga hasta explicar cómo se desintegró tras su muerte, a causa de una herencia que ha llevado a todos sus miembros a los diferentes platós de televisión.

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Tras remontarse a la llegada de una joven Rocío a Madrid acompañada de su madre, quien comenzó a abrirse camino en el mundo de la música cantando en tablaos, el reportaje llegó al momento en el que dio comienzo el clan: su relación con Pedro Carrasco, toda una celebridad para la sociedad de la época. Su boda, uno de los eventos sociales más importantes del momento.

"Estuvieron a punto de suspender la boda por la histeria de Rocío: se habían fotocopiado las invitaciones y había el doble de asistentes de los previstos", comenta Mariñas sobre este importante enlace. Tras un año de matrimonio, nacía Rocío Carrasco Mohedano, la saga seguía creciendo.

La dura infancia de Rocío Carrasco

"Era una niña muy querida, pero tuvo una infancia desgraciada, o al menos así lo percibo yo fruto de las ausencias de sus padres". Sin ningún tapujo describe Carlos Ferrando los primeros años de vida de Carrasco, marcada por las ausencias por trabajo de sus padres.

Ella así lo confirma: "Yo lloraba y lloraba y lloraba. Hasta que un día no lloré más, porque me di cuenta de que, aunque llorase, no se iba a quedar. Entonces cuando dejé de llorar, lloraba ella", confiesa la propia Rocío Carrasco en una entrevista de archivo. Una situación que contrastará en el futuro con la de sus dos hermanos, con sus padres mucho más implicados en su crianza.

Tras 13 años, la pareja se separaba y la saga pasaba por su primera gran crisis. La niña lo pasaba mal, como cualquiera a su edad, pero su madre le concedía todo lo que deseaba con el fin de hacerla feliz, incluso tratar de convertirla en una top model.

La boda de Rocío con Antonio David

Rocío comenzó su carrera de modelo con la ayuda de su madre y, al cumplir los 18 años, empezó una relación con Antonio David, alguien a quien su familia no veía con buenos ojos. No tardarían en contraer matrimonio, estando ella ya embarazada.

Dos serían los hijos fruto de la pareja, pero los problemas no tardarían en surgir tras un incidente del yerno de la artista en su trabajo. El clan se encontraba en el ojo del huracán y la relación con la prensa era cada vez más complicada.

Afortunadamente para Rocío Jurado, en ese momento pudo apoyarse en un joven Ortega Cano, con quien a la postre reharía su vida.

La llegada de Ortega Cano y sus hijos

"Lo vi en persona sin saber que era él", comenta Rocío sobre cómo conoció a Ortega. "Me echó una miradita y me conquistó", prosigue relatando la artista, quien comenzó entonces una relación con el torero. Folclórica y torero, un idilio digno de copla.

El sueño del torero se había hecho realidad: casarse con "la más grande". Yerbabuena se vestía de gala para recibir al nuevo miembro de la saga. "Nervios, alegría, emoción, ganas de llorar...", así lo describía Rocío Carrasco en aquel momento.

Ante la imposibilidad de tener un hijo de ambos de forma natural, la pareja comenzó los trámites de la adopción. Así llegaron a sus vidas Gloria Camila y Jose Fernando: "Fue muy bonito cuando los vimos por primera vez, y eso que ella nos dio muy mala noche. ¡Qué manera de llorar!", comenta entre risas José ante las cámaras del programa.

Es en este punto en el que habla por primera vez Gloria, quien solo tiene buenas palabras para su madre: "Le agradezco el haberme acogido como a su propia hija de sangre, el darme su amor y su cariño. Aunque fuera por poco tiempo, me inculcó muchos valores".

Una artista revolucionaria

"Rocío se adelantaba a los tiempos", así define Carlos Ferrando a la artista, quien no solo con sus letras, su vestuario y sus entrevistas, desafiaba a la censura de la época. "Ella era muy coqueta y no dudó en dejar atrás las prendas holgadas para ir siempre ajustada, marcando figura en un tiempo en el que las cantantes no lo hacían".

La propia artista se declaró feminista en varias entrevistas, algo que siempre demostró con su actitud: "No estoy en contra de los tiempos, solo creo que todos debemos de ser iguales". "Ella era una folclórica única", afirman los periodistas de la época de forma unánime.

"Fue no solo la más grande, sino también la más completa. Nadie ha pisado nunca un escenario como lo ha hecho ella. Era única", sentencia Rosa Villacastín.

La familia Mohedano y Fidel Albiac

La Rocío Jurado artista era muy diferente a la Rocío Jurado matriarca, acogiendo bajo sus brazos a toda su familia. Su ojito derecho, Amador Mohedano, a quien convertiría en su representante para tenerle siempre cerca. Con él entra en escena Rosa Benito, quien llega a la familia embarazada.

"Ella sabía perfectamente quién era su hermano", destaca Paloma Barrientos, a lo que Villacastín añade que "solo trapicheaba con algunos pagos". En este aspecto, más tarde entraría en juego Fidel Albiac, nueva pareja de Rocío Carrasco, quien intenta también llevar algunos de los aspectos de la carrera de la artista, así como asesorar legalmente a su mujer.

Esta relación tampoco será bien vista por su familia, un punto de inflexión en la saga se produce cuando los hijos de Carrasco alcanzan la mayoría de edad: ambos se van a vivir con su padre y dejan de lado por completo a su madre. Los problemas de la saga se amplían cada vez que la familia crece.

La muerte de Rocío desintegra el clan

"Me dicen que tengo un cáncer que es malo y que hay que quitarlo de inmediato", confiesa la propia Rocío ante la prensa, sin perder nunca la entereza. Los que lloraban eran los periodistas asistentes.

"La familia tuvo fe ciega en Houston, pensando que los americanos iban a poder salvarle la vida", prosigue Cortázar sobre la enfermedad, una etapa en la que Amador y Rosa fueron sus grandes apoyos, además de su marido y su hija mayor. Sin embargo, nada pudo hacerse, falleciendo a los pocos años.

"Sin ella hay un vacío que no lo va a llenar nadie, porque esa familia ya es de todo menos familia", así de contundente se muestra Ferrando, ya que como sentencia Barrientos "si levantara la cabeza para ella sería una tristeza, ver esa hija, a la que tanto quiso, estar en las circunstancias en las que está".

Carlos Ferrando: "Cuando se leyó el testamento hubo incluso insultos por parte de Rocío"

"No puedo perdonarle que no le hable a mi hermana Gloria, que fue quien la crió", comenta sobre esta desunión el propio Amador, y es que "la relación con Rocío Carrasco es inexistente. Todo a raíz de la herencia, que se dividió a partes iguales", explica Beatriz Cortázar.

"Cuando se leyó el testamento hubo incluso insultos por parte de Rocío", desvelan varios de los periodistas, una cuestión sobre la que el exmánager matiza que "dio problemas, pero no como para que sea algo tan duradero, como para que ahora ya no haya relación". "Ella era como un pavo real que abre sus alas y acoge a todos", señala Ortega Cano. Y a la vista está que, sin esas alas, cada uno de los miembros de su saga vuela solo y lo hace en los diferentes platós de televisión, reality shows y debates.