El valor social de 'Élite' (Netflix): así destierra los prejuicios sobre el VIH y la serofobia

En estos tiempos del Peak TV, del auge de las plataformas de streaming y de los nuevos modelos de consumo es cada vez más importante alcanzar la relevancia. Cientos de series se estrenan cada año, lo que hace que la exigencia sea cada vez mayor y la diferenciación, clave. Pese a haberse estrenado el pasado 5 de octubre a nivel mundial en Netflix, 'Élite' ya es todo un fenómeno global tras convertirse en la serie más maratoneada en sus primeros 9 días de vida, y lo ha logrado además poniendo sobre la mesa el VIH, dejando atrás cualquier tipo de prejuicio.

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Su éxito no pilla a nadie por sorpresa. Su propuesta es infalible con un cóctel que incluye choque de clases, un misterioso asesinato, ritmo y lenguaje de thriller, hormonas revolucionadas, cuidada factura técnica... y, además, un importante valor social entre sus tramas: romper con el estigma del VIH, apartando con información (y mucha mano izquierda en la construcción de personajes y tramas) la serofobia.

Dr. Bonaventura Clotet, presidente de la Fundación Lucha contra el Sida: "Rara vez se trata el VIH en ficción lejos del estigma gay"

"El VIH y el sida pueden encontrarse en algunas series de televisión, pero normalmente siempre desde una perspectiva gay y de manera superficial. Dos ejemplos en los que se profundiza un poco más en la enfermedad son 'Angels in America' y 'The Normal Heart', ambas producciones de HBO en 2003 y 2014, respectivamente. Sin embargo, rara vez se ha tratado esta infección lejos del estigma gay", apunta el Dr. Bonaventura Clotet, presidente de la Fundación Lucha contra el Sida en su libro 'Medicina en las series de televisión'.

Marina rompe prejuicios: mujer, hetero y rica

Aunque se pueden encontrar otros ejemplos en la ficción nacional que hayan abordado el VIH entre sus personajes, ninguna de ellas se ha atrevido a romper con los tabúes como lo ha hecho 'Élite', desde su protagonista y sin ningún tipo de prejuicios: Marina es una mujer, adolescente, heterosexual y rica. Y su personaje es mucho más que eso. La enfermedad no la define sino que es una de las muchas aristas que la componen.

"Vuelve a haber rebrotes tremendos de VIH, no solo entre la población gay y yonquis, sino también entre heterosexuales", explica Carlos Montero, uno de los creadores de la ficción. "Es por esto que me apetecía contarlo. Y no traerlo desde el mundo de los pobres nos parecía novedoso, porque parece que el VIH siempre está asociado al submundo, al underground".

"Que fuera un personaje tan, en principio, limpio como Marina era un poco decir 'esto nos puede pasar a cualquiera en cualquier momento'. Dramáticamente era muy rico, es un personaje que ella se acepta pero los padres no acaban de aceptarla por mucho que digan que sí", pormenoriza el guionista.

Eso es algo que Marina reclama ya desde el primer capítulo. "Dilo, mamá. Di que tienes una hija de 16 años seropositiva". Con una sola frase la protagonista deja clara su situación para el espectador. Sin hacer un mayor drama sobre ello, dándole la naturalidad y la dimensión que la enfermedad requiere a estas alturas de S.XIX.

María Pedraza, Marina en 'Élite': "Sentí la necesidad de sacarlo adelante para que la gente escuche el mensaje del personaje"

Para María Pedraza, su intérprete, su condición "supone toda una responsabilidad", aunque reconoce que "no le ha dado miedo interpretarlo". Todo lo contrario: "Estoy muy agradecida por poder tratar esto con mi personaje. Cuando lo leí sentí que tenía la necesidad de sacarlo adelante para que la gente escuche lo que tiene que contar".

Para que el público escuche un mensaje muy importante, el que su cocreador quiere legar con la serie: "Es Paola quien dice en un episodio 'oh, el VIH, qué de los 90 es', porque parece que ya está superado, pero no lo está, está silenciado. Me apetecía hablar de ello, de cuando es indetectable, de cuando no, para dar información a los jóvenes que muchas veces no la están teniendo".

Frente al estigma del VIH, visibilidad

Información y naturalidad, divulgación y visibilidad, son las claves sobre las que versa el tratamiento del VIH en 'Élite'. Marina es una joven seropositiva, pero ello no le coarta para amar y ser amada, para mantener cualquier tipo de relación sexual. Actúa y vive como cualquier adolescente más, con sus miedos, sus frustraciones y sus dudas.

Ella no tiene un problema con la enfermedad, lo tiene su entorno, o al menos algunos de los miembros que lo forman. Está "contagiada", como muchas veces se escucha en la ficción, pero está entre tratamiento controlado, lo que la convierte en indetectable y, por tanto, intransmisible. Es por esto que para ella la enfermedad es lo menos dramático de su situación, atrapada en el amor entre dos hombres, asediada por los escándalos de su padre y por la presión de un colegio donde la única meta es ser la mejor.

Darío Madrona, creador de 'Élite': "No se habla del VIH porque hay un estigma alrededor"

Marina ama, besa, siente, folla. Y no por eso hay "una necesidad de provocar o de ser novedoso, simplemente se trataba de hablar de un tema que dramáticamente es super interesante, y es más interesante todavía porque no se estaba hablando, porque hay un estigma alrededor", apunta Dario Madrona, el otro de sus creadores. "Y además, como ya afortunadamente ahora no es mortal, parece que no está ahí pero sigue estando. Nos apetecía ponerlo sobre la mesa. Sentimos que era necesario".

Para ello han optado por un tratamiento humano, cercano, sin intensidad, sin grandes dramas, porque desde situaciones reconocibles para el espectador es la mejor forma de comprender realmente la magnitud del problema, su alcance real, sus consecuencias. Sus dimensiones en la actualidad, sin tapujos y sin edulcorantes.

Por todo esto, 'Élite' rompe tabúes, deja atrás prejuicios, destierra la serofobia, educa en valores, cambia la perspectiva de muchos sobre el VIH... y por el camino conquista a las nuevas generaciones de todo el mundo.