¿Cuáles son los tipos de cáncer más comunes entre las mujeres?

Una buena información puede ser clave a la hora de prevenir determinadas enfermedades. Sobre todo nos ayuda a aprender a reconocer determinados cambios que puede sufrir nuestro cuerpo, a mantener la calma y acudir a profesionales cuanto antes, ya sea para descartar cualquier tipo de problema o para comenzar el tratamiento necesario cuanto antes.

En general, es una buena idea llevar una alimentación equilibrada, sin excesos de alimentos poco recomendables, como los ultraprocesados o un consumo excesivo de azúcar, una vida activa en la que no falte el ejercicio físico y tratar de reducir los niveles de ansiedad y estrés que pueden causarnos problemas a largo plazo. No siempre es tarea sencilla, pero puede ayudarnos a reducir el riesgo de padecer determinadas enfermedades.

En el caso del cáncer, un diagnóstico precoz puede suponer una gran diferencia para el paciente, pues permite enfrentarnos a la enfermedad y tratarla cuanto antes, aumentando las posibilidades de una remisión. La palabra cáncer todavía asusta, por eso conviene estar pendiente de nuestro cuerpo, ser conscientes de los cambios que experimenta y, ante cualquier duda, ponernos en manos de especialistas.

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El cáncer en femenino

Mientras que los hombres suelen ser diagnosticados con mayor frecuencia de cánceres como el de próstata, el colorrectal o de pulmón, en el caso de las mujeres es diferente (aunque en algunos casos coincidan), tal y como queda recogido en el estudio realizado por la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM).

En este estudio para 2023 se estima que, siguiendo con la pauta de años anteriores, los cánceres más diagnosticados este año serán los de mama, los colorrectales, seguidos a mucha distancia por los de pulmón, cuerpo uterino, tiroides, páncreas, linfomas no hodgkinianos y los cánceres de vejiga urinaria.

El cáncer de mama es el más frecuente entre mujeres (y a pesar de lo que se suela pensar, también puede darse en hombres) y puede darse a cualquier edad, pero es más frecuente a medida que nos hacemos mayores. Como en otros casos, la detección temprana supone una gran diferencia, por eso a partir de cierta edad son necesarias pruebas preventivas, como mamografías. También la autoexploración es una buena herramienta.

Algunos síntomas a los que conviene prestar atención son el cambio de tamaño en uno de los pechos, dolor al palpar, el aspecto de los pezones -si uno de ellos se ve más hundido-, irregularidades en la piel o presencia de nódulos en el pecho.

El cáncer de colon es otro de los más frecuentes y entre los síntomas que nos avisan de que algo no va bien, los más habituales son los dolores abdominales, sangre en las heces, digestiones pesadas con acusado cansancio o pérdida de peso inexplicable. Existen pruebas de detección que se realizan en caso de duda, o en pacientes de riesgo.

Llevar una dieta saludable, evitar el consumo de tabaco y otras sustancias nocivas, protegernos del sol o hacer ejercicio físico son solo algunos de los consejos que podemos seguir para reducir riesgos. En cualquier caso, acudir a un especialista ante cualquier síntoma que nos preocupe, ante cualquier duda que nos surja parece la solución más adecuada, sobre todo en caso de antecedentes familiares.