Qué es la tristeza posparto y por qué no es lo mismo que la depresión posparto

Hay momentos que suponen un antes y un después en nuestras vidas, el embarazo es una de ellas, pero todo lo que viene más tarde no suele ser más sencillo de manejar. Hormas, miedos, angustias… emociones que quedan a menudo eclipsadas por la felicidad que sentimos (cuando todo sale bien) por el importante paso dado y la nueva vida que nos espera como madres.

Cuidar del bebé que acaba de llegar al mundo y ha puesto todo patas arriba pasa a ser una prioridad, tanto que en ocasiones cuidarse a una misma pasa a un segundo plano. Esto no debería ser así, para cuidar de alguien tenemos que estar en nuestras mejores condiciones, físicas y también mentales. Mantenernos activas durante el embarazo nos ayuda en lo primero, pero no siempre tenemos en cuenta lo segundo.

Cada vez es más frecuente escuchar recomendaciones que nos invitan a hacer ejercicio, ponernos en manos de profesionales durante los meses de embarazo para que el momento del parto encuentre a esas mujeres en las mejores condiciones y recuperar su fuerza y energía anterior resulte más sencillo. El camino que les espera no es fácil y afrontarlo en las mejores circunstancias siempre será un plus.

* Si no ves correctamente este formulario, haz click aquí

Tristeza y depresión posparto no es lo mismo

Prestamos atención a nuestro cuerpo, pero el aspecto físico no es lo único que debería recibirla, también la salud mental es importante. Es una época de cambios, de agotamiento físico y mental y por eso conviene estar atenta ante los cambios emocionales que se producen, asegurándonos de que todos están bien y no solo el recién nacido.

Una vez nacido el bebé, es normal que la madre experimente diferentes emociones. Algunas madres se sienten felices desde el primer día, pero no es raro experimentar cambios de sentimientos que van desde la alegría a la ansiedad o al agobio. En el caso de las mujeres que se sienten agotadas y tristes, también suele hacer acto de presencia la culpabilidad por sentirse de ese modo.

Tras el parto se sufren una serie de cambios muy grandes, hay un proceso de adaptación a ese nuevo rol en el que tendrá que aprender a cuidar a su bebé. En algunas ocasiones esta situación provoca esa sensación transitoria de tristeza, que se conoce como tristeza posparto, un periodo de inestabilidad emocional donde aparecen miedos, dudas e inseguridades. Esos síntomas pueden llegar a durar unas dos semanas.

En caso de que estos se alarguen en el tiempo y los síntomas sean más intensos, podríamos estar hablando de una depresión posparto, algo a lo que se enfrenta una de cada diez madres. Esta suele aparecer en las primeras semanas tras dar a luz, pero también puede darse durante el embarazo o hasta seis meses después del nacimiento.

“Al principio, puede confundirse la tristeza posparto con la depresión posparto, pero los síntomas de esta última son más intensos y duran más tiempo”, explican desde la Clínica Mayo. “Finalmente, pueden interferir con tu capacidad de cuidar a tu bebé y realizar otras tareas diarias”.

Entre esos síntomas destacan los cambios graves en el humor, los llantos frecuentes, la dificultad para establecer un vínculo con el bebé, incapacidad para dormir o hacerlo en exceso, falta de energía, desesperanza, miedo a no ser una buena madre, sentimientos de inutilidad o culpa, intensa ansiedad, pensamientos recurrentes de muerte o suicidio.

Ante cualquiera de estos síntomas, sin esperar a que su intensidad sea mayor, lo mejor es ponerse en manos de expertos que serán quienes aporten las herramientas que necesitamos para enfrentarse a esta situación, también acudir a grupos de apoyo donde encontrar otras personas que atraviesan una situación similar y ayudan a no sentirse sola. Pedir ayuda cuando la necesitas es, sin duda, la mejor estrategia para comenzar a sanar.