Los efectos que el estrés puede tener sobre las mujeres
Aunque hay algunos síntomas que son comunes para todos, en el caso de las mujeres los altos niveles de estrés crónicos pueden tener otras consecuencias
Uno de los problemas más habituales en la sociedad actual es el estrés y la ansiedad con la que vivimos. Situaciones de tensión que nos van afectando cada vez más y que dejan su huella en nuestra salud, en nuestro cuerpo y también en nuestro comportamiento. Si bien hay algunos momentos en los que el estrés es bueno, porque nos invita a avanzar, esta situación mantenida en el tiempo puede llegar a resultar negativa.
Ponerle remedio y aprender a liberarnos de esta presión se ha convertido en algo habitual para muchas personas, que buscan en el ejercicio físico una manera de conseguirlo, así como en la meditación, clave para ayudarnos a calmar la mente. Ambas son estupendas maneras de relajarnos y descargar tensiones, pero en los casos en los que esto no sea suficiente, es recomendable ponernos en manos de profesionales.
En los casos en los que las medidas tomadas no son suficientes o no resultan efectivas, esas ocasiones en las que las situaciones de estrés se alargan en el tiempo y somos incapaces de afrontarlas o si necesitamos ayuda para identificar las fuentes de estrés y aprender herramientas para controlarlo. Acudir a nuestro médico o a un terapeuta profesional será la ayuda que necesitamos.
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Síntomas más frecuentes del estrés
En general, los síntomas que produce el estrés son iguales para todos, aunque hay algunos cambios que son específicos en el caso de las mujeres. Es habitual que el estrés nos genere dolor de cabeza, fatiga, tensiones musculares o problemas de sueño, pero no solo nos afecta físicamente, suele generar ansiedad, falta de motivación, irritabilidad y también ira y enfado.
En el caso de las mujeres, estos síntomas se ven ampliados con pérdida de pelo, náuseas, micciones frecuentes o estreñimiento, también la piel refleja esa situación de estrés perdiendo su luminosidad, con la aparición de eccemas o una mayor sudoración.
Los trastornos, en el caso de las mujeres, son mayores porque se producen cambios hormonales, como alteraciones del ciclo menstrual, pérdida del deseo sexual o amenorrea, que si se produce durante largos periodos de tiempo asociado con bajos niveles de estrógenos puede provocar una descalcificación ósea.
"Las alteraciones en el ciclo menstrual son uno de los problemas que presentan las mujeres con altos niveles de tensión, pudiendo volver irregular un ciclo que ha funcionado siempre ‘como un reloj’", explica la doctora Paula Soriano Lillo, especialista en ginecología y obstetricia del Hospital Quirónsalud Murcia.
Entre las principales causas de estrés para la mujer encontramos la necesidad de abarcarlo todo, respondiendo a las demandas laborales y familiares por igual, intentado no dejarse nada por el camino. Una mayor carga de responsabilidad que elevan los niveles de hormonas del estrés todo el día, lo que produce los síntomas físicos, con el tiempo, estos derivan en otros de carácter psicológico, como la depresión o el cansancio crónico.
“Trata de encontrar maneras activas de controlar el estrés”, aconsejan desde la web de la Clínica Mayo. “Las formas inactivas de controlar el estrés, como ver la televisión, navegar por Internet o jugar videojuegos, pueden parecer relajantes, pero pueden aumentar el estrés a largo plazo”.
Asegúrate de dormir lo suficiente, emplea técnicas de relajación, reserva tiempo para disfrutar en familia y también para dedicarlo a tus hobbies. Intenta que tu alimentación sea saludable y equilibrada y evita el uso de tabaco, el exceso de cafeína y alcohol. Por supuesto, ante cualquier duda, ponte en manos de profesionales.
Uno de los problemas más habituales en la sociedad actual es el estrés y la ansiedad con la que vivimos. Situaciones de tensión que nos van afectando cada vez más y que dejan su huella en nuestra salud, en nuestro cuerpo y también en nuestro comportamiento. Si bien hay algunos momentos en los que el estrés es bueno, porque nos invita a avanzar, esta situación mantenida en el tiempo puede llegar a resultar negativa.