Qué son las irregularidades menstruales y las causas más frecuentes

Con el paso del tiempo tendemos a descubrir lo importante que resulta prestar atención a los pequeños -y no tan pequeños- cambios que se producen en nuestros cuerpos. A menudo estos solo indican evolución y madurez, pero en otras ocasiones también nos sirven de alerta para darnos cuenta de que algo no va bien y aprender a escuchar a nuestro cuerpo es el primer paso para poder evitar que estos problemas vayan a más.

Dolores que aparecen de repente, como en el caso de las articulaciones, que nos invitan a hacer más ejercicio y reforzar la musculatura, molestias en el estómago al hacer la digestión o pesadez, que pueden hacernos cambiar nuestro modo de alimentarnos y empezar una dieta libre de todo eso que no nos sienta bien… pero también nuestros ciclos menstruales pueden servirnos de guía para indicar si existe algún problema de salud.

En general, un ciclo menstrual normal oscila entre 21 y 35 días y el sangrado suele durar entre dos y siete días, por lo que se considera irregular siempre que esté fuera de ese intervalo, ya sea por exceso o por defecto. Es decir, se considerará irregular si entre un sangrado y el siguiente pasan menos de 21 días o más de 35, de ahí la importancia de prestar atención a nuestros ciclos, llevar un registro puede ayudarnos a notar estos cambios si se producen.

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A lo largo de la vida los ciclos menstruales cambian, por ejemplo, es habitual que durante los primeros años los ciclos sean más largos, tal y como nos explican desde la Clínica Mayo a través de su página web, “Los ciclos menstruales tienden a acortarse y a volverse más regulares a medida que envejeces”. También nos recuerda que cada persona es diferente, “Dentro de un amplio rango, ‘normal’ es lo que es normal para ti”, son los cambios los que nos sirven de alerta.

Causas más frecuentes de las irregularidades menstruales

Estas irregularidades pueden estar causadas por muchos motivos y no todos ellos son señales de alerta. Por ejemplo, el embarazo y la lactancia son dos de ellas, la falta de un periodo puede indicar un embarazo. En mujeres pasados los 40 años se puede deber a una perimenopausia, que es una fase de transición antes de entrar en la menopausia.

Los periodos irregulares son habituales en casos de síndrome de ovario poliquístico, aunque también están relacionados con trastornos de la tiroides; el hipotiroidismo puede causar periodos más largos y abundantes, también hacer que estos sean más dolorosos. Algunos medicamentos pueden influir en el ciclo menstrual, como los anticoagulantes, antidepresivos o tratamientos para la quimioterapia.

Esto nos lo confirma la doctora Miriam Al Adib, ginecóloga y obstetra en Clínica Miriam Gine, quien, además, recuerda que puede haber otras causas. "Pueden ser causas estructurales como miomas submucosos o pólipos endometriales (que hacen que se sangre más de lo normal). Pueden ser causas fisiológicas (es decir, no patológicas) como la adolescencia y la perimenopausia. Incluso puede ser por el estrés o por deficiencias nutricionales. Sea cual sea la causa, hay que conocerla, como siempre digo en todos mis libros: no es como sangras, sino por qué sangras como sangras".

Los trastornos de la alimentación, las pérdidas de peso extrema o el ejercicio excesivo también se encuentran entre las causas que pueden provocar estas irregularidades, llegando incluso a interrumpir la menstruación; los cambios en la alimentación, sobre todo en caso de dietas extremas, también algunos tipos de cáncer pueden causar cambios en el ciclo menstrual.

Soluciones ante estos problemas

A lo largo de la vida experimentamos muchos cambios y no todos ellos son peligrosos. Estas irregularidades no tienen por qué serlo, pero todo dependerá de las causas, tal y como nos recuerda la doctora Al Adib. "Si va acompañado de excesiva pérdida de sangre, hay que tratar para evitar la anemia, aparte que hay que ver de dónde viene esa pérdida excesiva (si es un pólipo endometriosis, una hiperplasia de endometrio…)".

Conviene prestar atención a los cambios, eso sí, "cuando hay una regla que de repente es irregular y no sabemos por qué, hay que ver qué hay detrás incluso más allá del órgano reproductor, como por ejemplo una hiperprolactinemia, alteraciones de la tiroides, déficits de nutrientes...". En estos casos puede que sea necesario comenzar un tratamiento específico. Aunque, en todo caso, "primero tenemos que saber por qué sangras así".

Los tratamientos son muy varados, en función del origen del problema. "Si es por un pólipo, el tratamiento sería quitarlo. Si es por estrés o por déficits nutricionales, pues cambiar esos hábitos, si es por hipotiroidismo habría que tratar el problema de la tiroides, etc. Lo suyo es ir a la raíz", confirma la doctora. "Puedes poner un tratamiento anticonceptivo y se regula el sangrado, pero no tiene sentido ir directamente a este tratamiento y dejar sin tratar el problema que está en la raíz. No hay un tratamiento estándar que sirva igual para todo el mundo".

La clave ante este tipo de irregularidades está en la monitorización, pues como señalábamos antes, conviene estar atenta ante los cambios, las rupturas de nuestra normalidad. Ante cualquier tipo de duda, lo primero será ponernos en las manos de profesionales, que se asegurarán de ponderar todos los factores y darnos una solución si es que la necesitamos. También puede ayudarnos llevar una dieta equilibrada, hacer ejercicio regular y rebajar nuestros niveles de estrés.