Responsabilidad afectiva: qué es y su importancia en la pareja

En las relaciones sentimentales necesitamos sentirnos queridos y respetados, sean cuáles queramos nuestras condiciones acordadas, ya que de inicio todo debe ser mutuo. La responsabilidad afectiva, al igual que la inteligencia emocional, es un elemento fundamental para que una pareja funcione.
A veces, nos resulta complicado conocer bien estos términos y provoca que no entendamos cuáles son los fallos de nuestra relación, o que no comprendamos por qué no estamos a gusto del todo. No hay que buscar un culpable, pero sí un equilibro en la pareja.

La responsabilidad afectiva implica ser consciente de las consecuencias que tienen nuestras conductas sobre los demás. No se trata de esquivar el sufrimiento, ya que en muchas ocasiones es inevitable. Según los terapeutas de PsicoAbreu, el objetivo es no generar un dolor innecesario y tener empatía y respeto hacia la otra persona.

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El concepto apareció por primera vez en debates sobre el feminismo y el poliamor y habla de la importancia de respetar y atender las necesidades de las otras personas. Esto es fundamental en todo tipo de relaciones con independencia del vínculo que se haya establecido entre sus miembros.

¿Cómo conseguirlo?

Este tipo de acciones buscan una unión igualitaria donde convivan la confianza y el cuidado. Ante todo, que sea mutuo. La clave es tratar a los demás como nos gustaría que nos trataran a nosotros mismos. De esta forma buscamos un acuerdo, mostramos nuestros sentimientos de una manera libre y somos conscientes de como repercute eso en el ánimo de nuestra pareja.

Estas acciones esenciales se ven en el día a día. Las notamos claramente a la hora de terminar con una pareja o amistad. Muchas personas, sobre todo en las redes sociales, dejan de responder o desaparecen sin dar una explicación. En cambio, otras, con responsabilidad afectiva, mantienen una conversación en la que expresan sus motivos para finalizar.

También lo vemos en parejas de toda la vida en la que, por ejemplo, se piden perdón por estar muy ocupados y no poder pasar tanto tiempo juntos o que se dan las gracias al finalizar una época complicada. Al final son cosas que todos sentimos, pero que la manera de expresárselas a nuestra pareja puede ser clave para hacerle daño o para salir fortalecidos.