¿Qué son los fitoestrógenos? Beneficios y dónde buscar estos alimentos clave para la menopausia

Con la llegada de la menopausia, el cuerpo de las mujeres sufre un gran cambio hormonal, lo que afecta por completo a las respuestas fisiológicas. Los síntomas pueden empezar muchos años antes de que se produzca el cese definitivo de la menstruación, situación con la que a veces relacionamos este proceso, pero que conlleva más manifestaciones.

Que el metabolismo sufra una alteración supone una serie de problemas físicos como los sofocos, el aumento de peso o la perdida de elasticidad en la piel. Además, la menopausia conlleva cambios en el estado de ánimo y dificultades para dormir. Para hacer frente a estos obstáculos podemos introducir modificaciones en nuestra rutina, de modo que nos resulte más fácil superar este trance y poder disfrutar de esta etapa.

Una de las opciones más sencillas es incluir mayor número de fitoestrógenos en nuestra dieta. Según indica la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología, estos son compuestos biológicamente activos que se producen de forma natural en algunos vegetales. Se ha demostrado que cuando se ingieren son capaces de ejercer determinados efectos saludables en las personas, siendo los grandes aliados de las mujeres durante la menopausia.

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Estas sustancias están en multitud de alimentos que consumimos a diario. Contienen fitoestrógenos los frutos secos como nueces, pistachos y almendras, las semillas, la soja y las legumbres. También está presente tanto en frutas secas, por ejemplo en los dátiles y las pasas, como en frutas rojas. Además, lo incorporan casi todas las verduras y hierbas aromáticas. Igualmente, aparece en bebidas como el vino, la cerveza y el whisky, aunque estos licores solo están recomendados en pequeñas dosis.

El consumo de fitoestrógenos es beneficioso porque tiene propiedades antioxidantes. Además, alivia los sofocos, previene la pérdida de masa ósea y disminuye los niveles de colesterol. El estudio de estos compuestos surgió a partir de la comparación de la dieta de la población occidental con la oriental, especialmente la de Japón, donde hay una menor incidencia de enfermedades cardiovasculares y de algunos cánceres.

Así, se descubrió que las mujeres asiáticas presentaban un índice menor de trastornos asociados a la menopausia y se estudió los alimentos que había presentes en cada costumbre. Aumentar estos productos en tu dieta y disminuir las harinas refinadas pueden ser dos cambios sencillos en la rutina que harán que la etapa de alteraciones hormanales sea más llevadera.