Billie Eilish fue adicta a la pornografía con once años: ¿cómo afecta a la mente de los niños?

La cantante estadounidense, Billi Eilish, ha hablado sobre la disposición de los menores a un contenido ilimitado de vídeos en internet. Eso implica un fácil acceso a pornografía por parte de los niños. Para ellos es muy complicado distinguir entre realidad y ficción, puesto que su cerebro aún no se ha terminado de desarrollar. Esto genera graves trastornos en su personalidad y la posibilidad de que tomen ese tipo de prácticas como referencia.

Ella misma se ha puesto como ejemplo y ha expresado que a los 11 años consumía pornografía habitualmente. Esto ha afectado a su forma de ser y ha abierto un debate sobre las consecuencias que generan este tipo de adiciones en los menores. Los estudios sociales hasta el momento se centraban en los adultos y se negaban a aceptar el problema que existe con los menores.

El origen de estos problemas comienza por la falta de creencia en ellos. Es difícil para unos padres, y para los adultos en general, aceptar que su hijo es adicto a la pornografía o que consume este tipo de contenidos con demasiada frecuencia. Hay que aclarar que los progenitores no son los culpables de esta circunstancia, pero que evadir el problema no lo hace desaparecer, sino que lo agrava.

Consecuencias del consumo de pornografía en una edad temprana

Uno de los efectos más graves del consumo de porno durante la adolescencia es la creación de la parálisis del sueño y pesadillas. La cantante ha reconocido estos síntomas, aunque no hay estudios que avalen directamente la causalidad del hecho. Esta adicción se asocia con ansiedad, impulsividad, culpabilidad y depresión, que pueden dar lugar a los trastornos anteriormente mencionados.

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Además, el consumo frecuente de los vídeos fantasía hace que normalicemos ciertos hechos y necesitemos cada vez más contenidos extremos para satisfacer nuestras necesidades. Ver técnicas más agresivas, violentas o impactantes para paliar la necesidad de impresionarnos.

También afecta a la hora de tener relaciones sexuales. El consumo excesivo y a temprana edad de estas prácticas hace que creamos que esa ficción es la realidad. Sin embargo, no es una información útil y no podemos permitir que los menores utilicen la pornografía como medio de educación sexual.

Billi Eilish reconoce que al principio de sus relaciones le costaba decir que no a ciertas prácticas que no le generaban placer, pero que consideraba necesarias. Es importante que los adolescentes autoexploren sus gustos sin anteponer los de la otra persona, ni mucho menos, los de la ficción. El consumo de pornografía les dicta que debe atraerles y que no, confundiendo a su cerebro.

Además, se vincula con un inicio del sexo más temprano, con prácticas de riesgo y con un mayor deseo sexual. Se relaciona la visualización de porno en adolescentes con un mayor número de prácticas sexuales sin preservativo. Además, perciben el sexo como un mero instrumento gratificante que puede conllevar actitudes agresivas durante su práctica.

El consumo de pornografía es muy preocupante en los adolescentes, por ello es importante hablar con ellos del tema. Hacerles recibir una educación sexual de calidad y que no utilicen estos videos como fuente informativa.