La dieta volumétrica para ayudarte a perder tripa

Cuando nuestra primera intención es llevar una vida saludable, uno de nuestros propósitos principales es la de perder peso. Para ello, es imprescindible realizar una dieta equilibrada combinada con una práctica de ejercicio constante. Hay muchas opciones que se amoldan a nuestras necesidades, pero hay que saber escoger cuál es la que mejor nos conviene.

En la actualidad, existe un amplio abanico de dietas que nos prometen adelgazar. Algunas de ellas dicen que podemos hacerlo en un periodo corto de tiempo. Otras, en cambio, hay que realizarlas de manera más pausada y duran más, como la dieta Cohen, la cual se debería realizar aproximadamente en dieciséis semanas.

Todas tienen sus características y hay que saber diferenciarlas, ya que no son iguales. Al igual que sus ventajas, también hay que conocer sus desventajas, puesto que algunas pueden ser perjudiciales para la salud. Razón de más por las que deberíamos, antes de comenzar una dieta específica, consultar con un especialista. Dicho esto, venimos a hablar hoy de una alternativa más, que es la dieta volumétrica.

¿En qué consiste la dieta volumétrica?

La dieta volumétrica consiste en consumir alimentos que son bajos en calorías y con altos niveles de agua, pero habría que comerlos en grandes cantidades para evitar la sensación de tener hambre. Dentro de este grupo, irían incluidos ingredientes como verduras, sopas y frutas.

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Fue creada por Bárbara Rolls, profesora de nutrición en la Universidad de Penn State. No es una opción en la que se vaya a perder peso de manera rápida, pero realizando este tipo de dieta se podría adelgazar como máximo un kilo por semana. Además, te aseguras de consumir alimentos ricos en fibra y con altos niveles nutricionales. Otro de los beneficios que tiene es que controla el riesgo de padecer ciertas enfermedades como la diabetes y disminuye tanto el colesterol malo como el estreñimiento.

Los inconvenientes de la dieta volumétrica

Una de las principales desventajas que posee la dieta volumétrica es que con ella comemos alimentos con pocas calorías, por lo que nuestros niveles de energía se ven afectados. Aparte de eso, estamos restringiendo otros ingredientes que tengan proteínas y grasas saludables, como el aceite.

Sobre esto último, las grasas saludables se dividen en dos grupos. Por un lado, se encuentran las monoinsaturadas, que son beneficiosas para controlar el colesterol malo (también conocido como colesterol LDL). Por otro, están las poliinsaturadas, que solo se diferencian por una cosa, su estructura. Las primeras están formadas por moléculas que tienen un enlace de carbono, mientras que las segundas por más de dos enlaces. Irían incluidos, además del aceite, alimentos como el salmón, el aguacate o los frutos secos.

Todo tipo de dieta puede tener sus desventajas, y la dieta volumétrica no se queda atrás. Razón de más por la que, si te planteas en seguirla, mejor saber sus inconvenientes. Puedes adaptarla como prefieras, pero debes tener en cuenta que, aunque escojas la cantidad que veas apropiada para ti, quizás no consumas el mínimo de calorías que deberías tomar.

También debes ser consciente de que puede provocar problemas como la retención de líquidos o la hinchazón abdominal. Esto es debido a que tu cuerpo no se acostumbrará al principio a este cambio de rutina alimentaria, y posiblemente salgan estas consecuencias. Tenemos que cuidar nuestro organismo, pero siempre hay que hacerlo con cabeza.