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¿Se puede cambiar el metabolismo para adelgazar? Descubre qué es la flexibilidad metabólica
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Según los expertos, sí

¿Se puede cambiar el metabolismo para adelgazar? Descubre qué es la flexibilidad metabólica

En un metabolismo flexible, el organismo utiliza como combustible tanto los azúcares como las grasas en función de sus necesidades

Foto: ¿Es flexible tu metabolismo? (Unsplash/Christopher Campbell)
¿Es flexible tu metabolismo? (Unsplash/Christopher Campbell)
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Podemos definir el metabolismo como el conjunto de reacciones químicas que se llevan a cabo en el interior de las células con el fin de convertir los alimentos en energía. Energía que necesitamos absolutamente para todo: desde para respirar, o pensar, y que nuestro cerebro se ponga en funcionamiento, hasta para hacer ejercicio.

Una vez que los alimentos entran en nuestro tracto gastrointestinal, el aparato digestivo descompone lo que hemos ingerido, y la sangre absorbe los diferentes compuestos (aminoácidos, ácidos grasos, azúcares simples…) para llevarlos a las células. Ya en el interior de la célula, otras enzimas seguirán con los procesos necesarios para asimilarlos, y mientras estos tienen lugar, ácidos grasos y azúcares se liberan, bien para ser utilizados, o bien para que se almacenen en los diferentes tejidos del cuerpo. Así, los nutrientes se transforman en la energía que necesitamos para realizar todas las funciones vitales.

placeholder Nuestro organismo necesita energía para realizar cualquier actividad, sea física o intelectual. (Unsplash/Laura Chouette)
Nuestro organismo necesita energía para realizar cualquier actividad, sea física o intelectual. (Unsplash/Laura Chouette)

Los expertos hablan de metabolismo flexible cuando este puede utilizar como combustible los tanto azúcares como grasas, en función de las demandas del organismo. Así, si nos vemos sometidos a un esfuerzo intenso, o estamos un tiempo sin ingerir alimentos, no nos fallarán las fuerzas. Si, por el contrario, notamos que necesitamos comer algo para tener energía, es que nuestro metabolismo no es capaz de utilizar estos recursos, azúcares y grasas, de forma flexible.

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El concepto de flexibilidad metabólica hace referencia, por tanto, a la capacidad que tiene el organismo para utilizar el combustible que tiene disponible (como decíamos, grasa y azúcares) y transformarlo en energía en función de nuestras necesidades. Sin embargo, como nos advierte Ana de Francisco, bióloga experta en nutrición, "la flexibilidad metabólica está muy ligada a la sensibilidad a la insulina (una hormona que 'decide' cómo utilizar el combustible que el organismo tiene disponible, pues captura el azúcar en sangre y la retira), al ejercicio físico, a la alimentación y a la disponibilidad de agua", explica para Vanitatis.

placeholder Aunque muchas personas no lo saben, la ingesta de agua es básica para la flexibilidad metabólica. (Unsplash/Giorgio Trovato)
Aunque muchas personas no lo saben, la ingesta de agua es básica para la flexibilidad metabólica. (Unsplash/Giorgio Trovato)

Entonces... ¿es posible mejorar la flexibilidad metabólica?

Los expertos aseguran que sí, que hay diferentes maneras de mejorar la flexibilidad metabólica. La primera sería realizar ejercicio físico de forma habitual, a ser posible, a diario, dado que tener una buena masa muscular favorece un metabolismo flexible. En un estilo de vida ideal se realizaría ejercicio físico cada día, y dos o tres días se insistiría en un ejercicio más cardiovascular, mientras que otros dos o tres habría que incidir en la fuerza.

placeholder El ejercicio físico es clave para un metabolismo flexible. (Unsplash/Lyfefuel)
El ejercicio físico es clave para un metabolismo flexible. (Unsplash/Lyfefuel)

El ayuno intermitente sería otra manera de mejorar la flexibilidad metabólica, dejando pasar, al menos, doce horas, entre comidas (mejor aún si transcurren quince). De esta forma obligamos a nuestro organismo a quemar sus reservas de grasa para conseguir la energía que necesita.

Otra forma de hacer que el metabolismo sea más flexible sería recurrir a una dieta cetogénica, algo que jamás debe hacerse sin supervisión médica, pues puede entrañar serios riesgos para la salud. Este tipo de dieta reduce de manera drástica el consumo de azúcares de todo tipo para que el cuerpo se acostumbre a utilizar las grasas como fuente de energía. Así, al no tener azúcares de los que obtener la energía, el cuerpo entra en cetosis, y, como consecuencia, quema la grasa acumulada.

Podemos definir el metabolismo como el conjunto de reacciones químicas que se llevan a cabo en el interior de las células con el fin de convertir los alimentos en energía. Energía que necesitamos absolutamente para todo: desde para respirar, o pensar, y que nuestro cerebro se ponga en funcionamiento, hasta para hacer ejercicio.

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