David de Jorge, Robin Food, cuenta cómo mantiene su radical pérdida de más de 130 kilos de peso

Tan irreverente como entrañable, el chef David de Jorge, más conocido como ‘Robin Food’ por su programa de televisión, se autodenomina “el gordo más delgado del mundo”, tras haber perdido nada menos que 130 kilos de peso.

En la entrevista que ha concedido a la revista ‘Men’s Health’ asegura que “envejezco con dignidad y mantengo a raya a ese gordo cabrón que tengo dentro y quiere salir todo el rato”. Afirma que se cuida todo lo que puede, “y disfruto haciéndolo porque organizo mi compra y mi nevera y mis pucheros y guiso mucho, que es el mejor antídoto contra la enfermedad”, añade.

Respecto al ejercicio físico, y a si realiza algún tipo de entrenamiento para mantenerse, confiesa que camina lo que puede, anda en bici eléctrica y pasea por la orilla de la playa. “Mover el culo es vital, pero sin volverse loco”, advierte, y considera que “las calles están llenas de tarados equipados como astronautas de élite que buscan refugio en invierno metiéndose en los gimnasios a dar la matraca a lomos de sus potros de tortura”.

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David de Jorge considera que “cocinar es la mejor inversión que podemos hacer para uno mismo y nuestro entorno familiar”, y que “la revolución es cocinar más para que el mundo engrase sus bisagras de una vez y se recoloquen las piezas”.

En su cocina, como declaraba a ‘Men’s Health’, “hay mucho color y luz en la despensa, y mi nevera está ordenada y llena de comida simple”. En ella, como afirma, no faltan “sopas y algún quiso que poder meter en el microondas, carne fresca y pescado, y el frutero bien surtido”. Y entre los alimentos que para él son imprescindibles están el ajo, el pimentón, el jamón, la chacina, las aceitunas y las conservas de sofrito de tomate.

El chef asegura que le da “mucha pereza la tonta gastronomía contemporánea y lo que me pone es lo lúdico y disfrutón de esta movida que es papear y beber gozando. La cocina es alegría, no es la guerra, es felicidad y eso es en lo que hay que rebozarse”. Y confiesa por qué no ha ido nunca a ‘MasterChef’: “Porque nunca me han invitado”, aunque admite que “no soy nada cuqui, así que hacen bien en no llamarme”. El cocinero, con su peculiar sentido del humor, se compara con “ese jabalí que se mete en la ciudad y hociquea en los contenedores de basura dejando todo hecho un cristo”.