¿Cuándo llevar a tu hija al ginecólogo por primera vez?

Según los expertos, no existe una edad determinada a la que las jóvenes deban empezar a ir al ginecólogo, siempre y cuando acudan a sus revisiones periódicas con el pediatra o el médico de familia, que controlarán que todo se está desarrollando como debe durante la pubertad y la adolescencia.

Todo dependerá de cómo se está llevando a cabo su desarrollo a lo largo de la pubertad, del momento en que aparezca la menarquía (primera menstruación) y si hay algún problema asociado (como puede ser mucho dolor, reglas muy abundantes o irregularidad en los ciclos), o si existe algo que consideremos fuera de lo normal.

En determinadas ocasiones, como estas, el pediatra o el médico de cabecera pueden recomendar la derivación al ginecólogo para descartar que haya algún problema que merezca su atención. También pueden hacerlo si, llegados los 15 años, la joven aún no ha empezado a menstruar.

En el caso de adolescentes sexualmente activas, o que están pensando en serlo, sí es conveniente una primera visita al ginecólogo para que, además de realizar una primera revisión ginecológica, pueda explicarle los métodos anticonceptivos disponibles y cuál es el más recomendable para ella (y por qué), o las enfermedades de transmisión sexual y cómo prevenirlas, entre otros aspectos.

Según el estudio HBSC 2018 sobre Conducta Sexual realizado en España, financiado y apoyado por el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, más del 30% de las adolescentes aseguran haber perdido la virginidad a los 15 años. Otros estudios, como el realizado por la Asociación de Enfermería Familiar y Comunitaria de Cataluña en 2021 indican que la primera relación sexual con penetración en España es a los 13,8 años, una edad muy inferior a la media de hace dos décadas.

Por eso, aunque pueda ser difícil procesar que nuestra hija puede ser sexualmente activa, es muy importante que en casa reine un ambiente de confianza y que se sienta libre para poder exponer todas sus preguntas y dudas. Y, por supuesto, que esté bien informada y tenga claros todos los métodos para protegerse tanto de un embarazo no deseado como de las enfermedades de transmisión sexual.

En la primera visita al ginecólogo, el especialista revisará el historial menstrual, el desarrollo puberal y físico de la joven, explorará las mamas y la zona vaginal, y, si lo estima pertinente, realizará una citología, aunque puede que no sea necesario: según la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia la edad a la que se recomienda empezar a realizar citologías periódicas es a los 25 años.

Cuando vaya a producirse, lo mejor sería que hables con tu hija sobre si quiere que estés con ella durante toda la consulta o si se va a sentir más cómoda para hablar con el ginecólogo si no estás presente durante toda la cita. En ese caso, tendrás que valorar su deseo, y tomar una decisión al respecto.