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Las pantallas devoran a tus hijos y por qué este psicólogo quiere prohibirlas por ley
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SIN MÓVIL HASTA LOS 16 AÑOS

Las pantallas devoran a tus hijos y por qué este psicólogo quiere prohibirlas por ley

'Cómo las pantallas devoran a nuestros hijos', escrito por Francisco Villar, se ha convertido en el libro de referencia de todos los progenitores preocupados por el uso de los móviles de los jóvenes

Foto: Francisco Villar, psicólogo clínico y coordinador del programa de atención a la conducta suicida del menor en el Hospital Sant Joan de Déu. (EFE)
Francisco Villar, psicólogo clínico y coordinador del programa de atención a la conducta suicida del menor en el Hospital Sant Joan de Déu. (EFE)

Si es usted madre o padre de un niño en etapa escolar, se habrá preguntado más de una vez a qué edad es recomendable permitir a un menor de edad tener su propio móvil o smartphone. Durante los últimos años, el tema se ha convertido en el elefante en la habitación de la paternidad; todo el mundo sabe que ahí hay un problema, pero se esquiva y cada familia lo solventa conforme a sus circunstancias.

Sin embargo, desde hace unos meses, una marea de padres, madres y colegios está levantando la voz y poniendo en marcha diversas iniciativas para prohibir el uso de móviles al menos hasta los 16 años. Uno de los líderes intelectuales de este movimiento es el psicólogo clínico Francisco Villar, que en realidad aboga por prohibirlos hasta la mayoría de edad, "como el carné de conducir". Doctor en Psicología, es uno de los mayores especialistas en la prevención de la conducta suicida en la infancia y la adolescencia, como promotor y coordinador del Programa de Atención a la Conducta Suicida del Menor en el Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona. En resumen, sabe muy bien de lo que habla porque sus palabras surgen de la práctica clínica, es decir, de su día a día. Y lo que dice es claro y diáfano, hay que desdigitalizar la vida de los niños, apartarles de las pantallas, "porque cuando se acaban las pantallas brota la vida".

"Cuando usamos una pantalla para que el niño coma o para entretenerlo durante un viaje, en realidad estamos interfiriendo en el desarrollo de sus propios recursos para tolerar la vida cotidiana"

Su discurso, plasmado en el libro 'Cómo las pantallas devoran a nuestros hijos' (Herder), es apasionado y está plagado de referencias a estudios científicos que avalan su teoría. Su tesis tiene múltiples derivadas, pero se puede resumir en esta idea que repite continuamente: "El uso de cualquier tipo de pantalla interfiere en la capacidad de atención y concentración de los menores, es un dato que está contrastado, pero además al darles una pantalla estamos robándoles la oportunidad de frustrarse, de entrenarse y ensayar la frustración; el uso de móviles hace que los jóvenes pierdan habilidades para afrontar la vida, ahonda en su sensación de malestar y deteriora su salud mental. Cuando usamos una pantalla para que el niño coma, para entretenerlo durante un viaje o para que nos deje en paz, en realidad estamos interfiriendo en el desarrollo de sus propios recursos para tolerar la vida cotidiana. Y el resultado es que nos encontramos con chavales que no pueden soportar la más mínima frustración", explica al otro lado del teléfono.

Tras la marea de padres y madres que quieren prohibir el uso de móviles en niños menores de 16 años, la ministra Pilar Alegría acaba de responder que no se le pueden poner "puertas al campo". ¿Qué opina?

Eso es una tontería. Hemos prohibido el tabaco en menores porque sabemos que es malo para la salud, no les dejamos conducir porque no están preparados hasta determinada edad, cómo no vamos a poder prohibir los móviles si estamos constatando que están siendo perjudiciales para el desarrollo de nuestros hijos. Si se legislara en este sentido, se eliminaría la presión que sufren los padres. Si a los políticos no les gusta la palabra prohibir, podemos usar sinónimos; el fondo de la cuestión es el mismo: hay que protegerlos. Yo tengo una idea para la ministra: se podría inventar una especie de licencia, como un carné de conducir, y que solo aquellos chavales que lo pasen puedan usar un móvil.

"Hemos prohibido el tabaco en menores porque sabemos que es malo para la salud, cómo no vamos a poder prohibir los móviles si estamos constatando que están siendo perjudiciales para ellos"

Quizá sea una tarea para el nuevo Ministerio de Juventud e Infancia.

Espero que el primer asunto que tenga en su lista de tareas este nuevo ministerio sea el de cómo está afectando la digitalización a nuestros hijos. Es el tema más importante a abordar ahora mismo, antes que ningún otro. Se lo debemos porque les hemos fallado y seguimos haciéndolo. Es sangrante que sigamos deseando de forma pasiva que este tema se regule solo. Hay que ponerse a ello, no pueden seguir mirando para otro lado. Será una negligencia de las instituciones si no hacen nada al respecto porque estamos desprotegiendo a la niñez y a la juventud, que es nuestra principal obligación.

Cuando usted trata a estos chavales que han tenido comportamientos suicidas, ¿ellos acusan directamente a las pantallas?

Sí, por supuesto. No solo por todo lo que ya hemos explicado, sino porque además en cuanto plantean esas ideas en redes o en los motores de búsqueda, el algoritmo les ofrece más y más, grupos en los que se habla abiertamente de autolesiones, métodos, 'compañeros' que se animan unos a otros. Sabemos que el suicidio es algo que se 'contagia', y en las redes esto se multiplica.

placeholder El psicólogo, durante una entrevista con la agencia EFE. (EFE)
El psicólogo, durante una entrevista con la agencia EFE. (EFE)

Los datos clínicos que manejan son escalofriantes. En 2014 atendieron en urgencias 250 episodios de intentos de suicidio entre jóvenes y niños. En 2022 superaron los 1.000 casos. "En buena medida, la mejor forma de combatir el suicidio es crear una vida que valga la pena ser vivida", subraya, y esa vida, según su opinión, "empieza cuando se apagan las pantallas". "Las grandes experiencias de la vida no se tienen frente a una pantalla", asegura.

El psicólogo lo tiene claro y culpa a las grandes tecnológicas, "que han desplegado todo su arsenal económico y cuentan con los mejores profesionales para lograr su objetivo, que no es otro que tener cada vez más clientes. Pero podemos pararles los pies, yo creo que la sociedad se encamina a una desdigitalización, no sería la primera vez que la gente consigue un logro social de este tipo".

¿Ha recibido 'feedback' de esas grandes tecnológicas?

Digamos que he notado su poder, pero no quiero dar más detalles. Mientras ellas presionan, los padres me están apoyando mucho y están convirtiendo esto en un movimiento cada vez más grande. Como tú dices, este era el elefante en la habitación y me ha tocado a mí hablar el primero.

"La desconexión es la única forma de estar conectados", sostiene cuando se le pregunta si no cree que las pantallas han posibilitado otra forma de conectarse entre los chavales. "Eso es otra falacia. Cuando un hijo está en la habitación conectado a internet, o incluso si está sentado al lado de sus padres en el salón de casa, hay dos cosas que estos no saben: ni dónde ni con quién está su hijo", escribe en su libro, y amplía por teléfono: "Para hacer amigos, para calibrar cómo es la otra persona de verdad, es fundamental verle la cara, pasar tiempo físico con él, comprenderle a través de sus gestos, sin el lenguaje no verbal es imposible conectar con nadie".

"He notado el poder de las tecnológicas, pero no quiero dar más detalles. Mientras ellas presionan, los padres están convirtiendo esto en un movimiento cada vez más grande"

Según su experiencia, a los menores les hemos "abierto la puerta del mundo cuando menos preparados están para afrontar las consecuencias". "A esos niños y jóvenes con menos habilidades los estamos exponiendo a unos riesgos como nunca antes", afirma. Y por eso no deja de disculparse con ellos.

"Llevo 10 años acompañando a familias cuyos menores deciden acabar con sus vidas, intentando responder a la pregunta '¿por qué un chico de 15 años tendría que quitarse la vida?' y de presenciar con impotencia cómo está empeorando la situación; tras comprobar en la práctica clínica diaria el efecto individual de la digitalización en mis pacientes, la lectura del libro de Michel Desmurget 'La fábrica de cretinos digitales' provocó en mí un efecto brutal de enfado e indignación. Efectivamente, lo que muestran los estudios a los que él hace referencia es lo que nosotros vemos en la práctica clínica diaria", explica sobre cómo fue su proceso de epifanía.

¿Y qué podemos hacer? ¿Estamos a tiempo? El psicólogo cree que sí y en su libro aporta una serie de recomendaciones para el buen uso de las pantallas en la infancia y la juventud, entre las que destaca la ya conocida de prohibir los móviles hasta la mayoría de edad. "Nunca antes de los 16 años. Antes de esa edad no se deberían usar smartphones. Esta prohibición tendría que estar acompañada de una acción legislativa que ofreciera apoyo a los padres para llevar a cabo medidas de protección", insiste.

¿Quizá ha llegado la hora de ponerle puertas al campo?

Si es usted madre o padre de un niño en etapa escolar, se habrá preguntado más de una vez a qué edad es recomendable permitir a un menor de edad tener su propio móvil o smartphone. Durante los últimos años, el tema se ha convertido en el elefante en la habitación de la paternidad; todo el mundo sabe que ahí hay un problema, pero se esquiva y cada familia lo solventa conforme a sus circunstancias.

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