Esta es la mejor hora para cenar y no engordar, lo dice la ciencia

La alimentación ocupa un papel muy importante en nuestras vidas y en el cuidado de nuestra salud. Escoger lo que comemos en función de lo que queremos conseguir es algo habitual, sobre todo entre aquellas personas que buscan perder peso. En ocasiones olvidamos que hay otros factores que influyen en nuestro bienestar y también en el proceso de pérdida de peso.

Conseguir cambiar nuestros hábitos en busca de una mejora de nuestro estilo de vida no siempre es sencillo, en general, siempre es recomendable hacerlo buscando la ayuda de profesionales, no solo de la nutrición, también de otras muchas facetas de la vida que también influyen en ello, como pueden ser profesionales del ejercicio físico o de la salud mental, pilares también fundamentales en estos procesos.

Otro de los factores a tener en cuenta es el horario en el que comemos. No es una sorpresa descubrir que una buena planificación puede ser esencial para ayudarnos en la pérdida de peso. Respetando los horarios que hemos establecido, corremos menos riesgo de llegar con demasiada hambre a la siguiente ingesta, lo que nos haría comer más y con cierta ansiedad, pero también nos ayuda a mantener el metabolismo activo y estable.

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La mejor hora para cenar según Harvard

Más allá de la cantidad de comidas que hagamos al día o de la cantidad (y calidad) de calorías que ingiramos, hay algunos factores que son menos conocidos, pero que, con tiempo e investigaciones, la ciencia ha podido determinar que también tienen su importancia. Uno de ellos es la hora a la que cenamos.

Según un estudio de la Universidad de Harvard, no solo es importante cenar siempre a la misma hora (aproximadamente), sino que existe una hora perfecta para hacerlo: las 7 de la tarde. En este estudio se pidió a los participantes (16 personas con obesidad o sobrepeso) que siguiesen dietas idénticas, la única diferencia era el horario de comidas. Quienes cenaban a las 19 horas mostraron un mejor rendimiento metabólico durante las horas de sueño que quienes cenaban más tarde.

Según los investigadores, cenar temprano permite que el cuerpo digiera y metabolice los alimentos antes de dormir, lo que se traduce en ese mejor rendimiento que señalábamos, que puede suponer una mayor capacidad para eliminar grasas acumuladas. El grupo que obtuvo los mejores resultados ingería la última comida del día cuatro horas antes que el resto de participantes.

La importancia de las horas

“Nuestro metabolismo depende del ciclo luz-oscuridad para ser eficiente, de tal manera que se optimiza a determinadas horas del día”, explican desde Crear Salud. “Por eso es necesario mantener unos horarios de comidas regulares, ya que los movimientos intestinales y la secreción de los jugos digestivos, dependen de la estabilidad de estos ciclos”.

Actualmente, los ciclos que nos impone la sociedad, nuestras agendas y compromisos, no coinciden con los ritmos naturales, los establecemos en función de lo que más nos conviene en cada momento. “Nuestro cuerpo se esfuerza por sincronizar ambos relojes, social y biológico, lo que provoca un cansancio continuo”.

Nuestro organismo está preparado para metabolizar alimentos y gastar energía durante el día, cuando alteramos esto, se modifican estos procesos y dejamos de aprovechar bien la energía, que se acumula en forma de grasa. Por eso es tan importante respetar el ciclo de actividad y descanso, no solo en los casos en los que se busque una pérdida de peso, sino en todas las ocasiones.

Conseguir coordinar los ciclos biológicos y los compromisos profesionales puede reflejarse en una mayor energía y un mejor descanso, aunque, por supuesto, esto no quiere decir que perder peso dependa solamente de cambiar la hora de la cena. Es un proceso más complejo y con muchos factores a tener en cuenta, pero este también puede ser uno de ellos.