Hidratos de carbono, ¿sí o no? La respuesta del nutricionista Pablo Ojeda

Los hidratos de carbono son uno de los grupos alimenticios básicos y, por lo tanto, son imprescindibles a la hora de llevar un estilo de vida saludable. Aunque sean esenciales, muchas veces se genera la duda sobre si son buenos cuando se busca perder peso.

El nutricionista Pablo Ojeda tiene clara su respuesta ante la pregunta de cuándo es recomendable tomar hidratos de carbono, sea cual sea el objetivo. "Siempre sí", ha explicado el experto en su sección radiofónica, mostrando la importancia que tienen estos alimentos en la dieta.

"Siempre en mi equipo", dice el nutricionista sobre los hidratos de carbono. Sin embargo, quiere dejar claro que hay que diferenciar qué tipo es el que se debe consumir, ya que no es lo mismo el pan que las verduras o frutas, pese a que todas son del mismo grupo. Cada uno tiene su función y se deben tomar acordes a la actividad física que realicemos.

Los hidratos se dividen entre simples o complejos y cada uno se debe consumir en un momento determinado. Los primeros, de los que forman parte, entre otros, las frutas y las verduras, se absorben rápido y liberan mucha energía; mientras que los segundos, entre los que se encuentra la pasta, sufren procesos de absorción más lentos.

Según indica el nutricionista, los simples se deben tomar antes de ir al gimnasio o de practicar un deporte, mientras que los complejos hay que consumirlos cuando se realiza una actividad más prolongada en el tiempo. Para que lo entendamos mejor, Pablo Ojeda lo asemeja a la gasolina de los coches, cuando llenamos el depósito dependiendo de la distancia que vamos a recorrer para que no rebose antes de salir ni nos quedemos tirados en la carretera.

El hidrato, cuando entra el cuerpo, comienza a descomponerse, "llenando el depósito de gasolina", explica el nutricionista. Esta se va consumiendo a lo largo que usamos el coche, es decir, cuando realizamos una actividad física. Por ello, si tomamos más carbohidratos de los que necesitamos se almacenan haciéndonos engordar. Mientras que si no los ingerimos y practicamos un deporte, nos cansaremos rápido. La clave es encontrar la medida justa.