High maintenance, el nuevo término de moda para hablar de parejas exigentes

¿Alguna vez has tenido una pareja que exigía validación permanente y parecía no estar nunca satisfecha? Lo más probable es que estuvieras ante una persona high maintenance, o, en castellano, persona de alto mantenimiento. El nuevo término que define a las personas imposibles de contentar, que necesitan atención todo el tiempo, y se creen el centro del universo.

No hablamos de personas que buscan, en una pareja, comprensión y empatía: estos son dos rasgos imprescindibles en una relación sana. Se trata de individuos con los que mantener una relación de pareja, no digamos ya convivir, resulta realmente complicado debido a sus altísimas exigencias, prácticamente imposibles de complacer.

Para ellos, no hay nada ni nadie más importante que ellos mismos, y requieren validación constante, tanto en la vida real como en las redes sociales, donde no recibir un like que esperaban puede resultar toda una tragedia. Son, además, personas que pueden perdonar, pero nunca olvidan, los fallos ajenos, y que los vuelven a sacar a la luz cada vez que tienen oportunidad, lo que hace que resulte muy complicado superar los errores y tener una relación sin rencores.

Uno de los principales motivos por los que resulta tan difícil mantener una relación con una persona high maintenance es su insatisfacción permanente: nunca están contentos, lo que resulta agotador para quien tienen al lado. Si no es por un motivo es por otro, pero jamás están satisfechos del todo, y la negatividad es una constante en sus vidas.

Además de agotadora, esta actitud resulta muy desmoralizante para la otra persona, que siente que tiene que estar todo el tiempo levantando el ánimo a su pareja, e intentando apartar los nubarrones negros que empañan cada situación.

Las personas de alto mantenimiento suelen ser muy egocéntricas, y, absortas en su propio universo, siempre priorizan sus deseos y necesidades a las del resto del mundo. Exigen mucho, por no decir demasiado, y lo exigen ya, para desesperación de quienes tienen al lado. Por otra parte, necesitan reafirmación y reconocimiento constantes, y siempre tienen que tener la última palabra: es como si estuvieran en posesión de la verdad absoluta.