Es noticia
Menú
Las 5 cosas que aprendes con tu primer hijo, según Álvaro Bilbao
  1. Vida saludable
Cada hijo es diferente

Las 5 cosas que aprendes con tu primer hijo, según Álvaro Bilbao

Pese a que recaiga sobre los padres la responsabilidad de educar y enseñar a los hijos, ellos también nos enseñan muchas cosas, como nos explica el experto

Foto: Los hijos, grandes maestros de la vida. (Pexels/Andrea Piacquadio)
Los hijos, grandes maestros de la vida. (Pexels/Andrea Piacquadio)

Cada hijo es diferente, por mucho que los eduquemos y los criemos de la misma manera, y cada uno de ellos nos enseña cosas diferentes, puesto que cada experiencia nos marca de una forma distinta, y todas las vivencias que vamos acumulando modifican nuestra perspectiva de vida, así como nuestra visión de la paternidad.

El psicólogo Álvaro Bilbao ha reflexionado al respecto y ha elaborado una lista de las cinco enseñanzas que nos aporta el primer hijo, que no tienen nada que ver con las que suponen el segundo o los sucesivos, y que van, en cada etapa, enriqueciéndonos como padres y como personas.

placeholder Humildad, una de las primeras lecciones que aprendemos como padres. (Pexels/Kristina Paukshtite)
Humildad, una de las primeras lecciones que aprendemos como padres. (Pexels/Kristina Paukshtite)

Según explica el experto, la primera lección que nos da el primer hijo es de humildad, cuando nos damos cuenta de que tenemos todo que aprender. Todo es nuevo, y enfrentarnos a una criatura que viene sin manual de instrucciones, con la que todo son temores, nos cambia.

Por otra parte, destaca que el primer hijo nos enseña, sin remedio, a estar siempre pendientes, dispuestos y atentos a sus necesidades, algo que no cambiará a lo largo de toda nuestra vida.

placeholder El amor de un padre o una madre, inconmensurable. (Pexels/Arina Krasnikova)
El amor de un padre o una madre, inconmensurable. (Pexels/Arina Krasnikova)

En tercer lugar, según Álvaro Bilbao, el primer hijo nos enseña, sin ningún lugar a dudas, todo el amor que alberga nuestro corazón. Un amor que no es comparable a nada, que no tiene límites, y que nos hace estar dispuestos a hacer cualquier cosa por ellos, desde el momento en que nacen (o, incluso, antes de su nacimiento), y hasta que terminen nuestras vidas.

Con el primer hijo solemos ser muy rigurosos, y el experto bromea diciendo que nos “enseña a dominar con exactitud la temperatura a la que debe estar la bañera y la cantidad de cereales que debe llevar la papilla”. Algo que, cuando llegan otros hijos, cambia totalmente, y descubrimos que la paternidad (o la maternidad) no son ciencias exactas, y que podíamos habernos relajado más desde un primer momento.

placeholder Con cada hijo nuestro concepto de paternidad va cambiando. (Pexels/Vlada Karpovich)
Con cada hijo nuestro concepto de paternidad va cambiando. (Pexels/Vlada Karpovich)

En último lugar, el psicólogo Álvaro Bilbao reflexiona sobre que tras unos meses de ser padres, el primer hijo nos enseña a sentirnos buenos padres. Y que en el momento en que ampliamos de nuevo la familia, aprendemos una lección bien distinta pero igualmente importante: que cada uno hacemos lo que podemos, y por este motivo, precisamente, no debemos juzgar a otros padres.

Cada hijo es diferente, por mucho que los eduquemos y los criemos de la misma manera, y cada uno de ellos nos enseña cosas diferentes, puesto que cada experiencia nos marca de una forma distinta, y todas las vivencias que vamos acumulando modifican nuestra perspectiva de vida, así como nuestra visión de la paternidad.

Vida saludable
El redactor recomienda