Esta fruta protege el corazón, frena el envejecimiento y disminuye el riesgo de diabetes o cáncer

Seguro que alguna vez has paseado por el campo y has recogido algunas moras silvestres, unas bayas sabrosas y con múltiples beneficios para nuestra salud. Los nutricionistas recomiendan comer frecuentemente esta fruta, que se considera un superalimento por sus múltiples propiedades para nuestro organismo.

No en vano ayudan a controlar el peso corporal, reducen el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares y metabólicas, además de frenar el envejecimiento y disminuir el riesgo de sufrir cáncer o diabetes. Pueden ser consumidas frescas, congeladas o en zumo. Un alimento con una alta capacidad antioxidante, cuyas cualidades medicinales se conocen, al menos, desde el siglo XVI en Europa, donde incluso se utilizaban para tratar infecciones en la boca o los ojos.

Además de los compuestos polifenólicos, las moras también contienen carbohidratos, vitaminas y minerales esenciales o ácido ascórbico. El consumo de antocianinas y otros flavonoides, presentes en un gran número de frutas y verduras, nos ayudan a controlar la obesidad y previenen de enfermedades coronarias, condiciones degenerativas y algunos tipos de cáncer.

Las moras cuentan con propiedades antiinflamatorias, antivirales, antiproliferantes y anticancerígenas. Previenen el envejecimiento gracias a su poder antioxidante, pues ayudan a contrarrestar los radicales libres, llegando incluso a prevenir algunas enfermedades crónicas.

Sus compuestos fenólicos son los encargados de cuidar de nuestro corazón, previniendo las enfermedades cardiovasculares. Además, los fitoquímicos de las moras, como los de otras bayas, pueden ayudar a modular el inicio y la progresión del cáncer al actuar sobre el ADN mejorando el daño y la modificación del crecimiento de las células cancerosas.

Al ser antioxidante previene enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer, también nos ayuda a saciarnos y mantener a raya nuestro peso, e incluso mejora el deseo sexual. Una fruta que debemos incluir en nuestra dieta más allá de nuestros paseos por el campo y que también es habitual tomar en mermeladas, añadiendo eso sí muchos más azúcares. Sus propiedades beneficiosas para nuestro organismo son conocidas desde hace siglos y no debemos olvidar llevarlas a nuestra mesa.