Este es el juego que el neuropsicólogo Álvaro Bilbao propone para enseñar a tu hijo a ser feliz y no compararse

Este especialista en crianza positiva nos propone un juego para realizar con nuestros hijos, muy sencillo de hacer y que le ayudará a ver que en la vida no siempre todo es equitativo o justo, pero, aun así, debemos valorar lo positivo que nos pasa, aunque sea menos importante que lo de los demás.

Álvaro Bilbao ha hecho el experimento con varios niños y niñas a los que les propone dar un regalo. Los niños, muy contentos, reciben un bombón y aseguran que les parece “bien”. Sin embargo, cuando ofrece dos bombones a otros niños delante de los primeros, estos se quejan de que los demás tienen el doble que ellos.

Reflexiona entonces este psicólogo en que al principio estaban contentos con su bombón y al compararse con los recibidos por los demás, dejan de estarlo. Algo que, explica, pasa a veces en la vida, que “nos pasa una cosa buena, como que nos den un regalo, pero cuando nos fijamos en las cosas de los demás, ya no estamos tan contentos con lo que tenemos”.

El motivo que subyace es que “vemos que los otros tienen otras cosas mejores que las nuestras y ya lo que nos parecía tan bien, ya no nos parece tan bien”. Sin embargo, este juego de los regalos es para este experto una oportunidad para “fijarnos en lo nuestro y estar contentos con lo que tenemos”, porque así seremos mucho más felices, sin compararnos con otros.

Un juego que no solo sirve para enseñar a nuestros hijos a no compararse con los demás, sino que nos hace pensar también a los adultos y que, según el doctor Bilbao, nos “ayudará a todos a ser más felices”. Porque es muy habitual también en los mayores pensar que tenemos un coche más viejo o una casa más pequeña que otras personas que nos rodean.

Incluso que tenemos peor sueldo o que nuestra pareja no tiene tantos detalles. Comparaciones en las que muchas veces salimos perdiendo y que despiertan cierta envidia que nos hace no disfrutar de lo que realmente tenemos, porque rara vez nos comparamos con los que están peor que nosotros (algo que nos puede enseñar a valorar más lo que sí tenemos).