"Para adelgazar, hay que tener fuerza de voluntad", lo que dice Boticaria García sobre este mito de las dietas

Dietas y mitos son dos conceptos que van de la mano. ¿Quién no se ha encontrado con alguno de ellos mientras navegaba por las redes sociales o buscaba información en internet? De hecho es muy probable que en nuestra vida hayamos encontrado varios sin ser conscientes de ellos.

La posibilidad de que esto ocurra hace aún más necesario que cuando busquemos mejorar nuestros hábitos alimentarios, sea cual sea el fin, lo hagamos siempre de la mano de un especialista, que es quien podrá ayudarnos en el camino para que no corramos ningún riesgo.

Volviendo a los mitos hoy queremos abordar uno de los más extendidos y que más se escuchan en las redes: nuestro peso está relacionado con nuestra fuerza de voluntad. ¿Es eso cierto? No, y no lo decimos nosotros, lo dice Boticaria García, experta en estos temas.

Se suceden los contenidos en internet sobre dietas exprés (la de la piña, la alcachofa…), chupitos de vinagre en ayunas, y otras tantas cosas, que sostenidas en el tienen efectos negativos en nuestro cuerpo. Por eso es muy importante entender la fisiología del cuerpo, cómo impacta todo aquello que ingerimos, o no, en nuestro cuerpo.

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Y en el camino de entender a nuestro cuerpo nos encontramos con conceptos como el hambre, algo que a simple vista parece muy sencillo pero esconde una complejidad. Comemos cuando tenemos hambre, cuando nuestras tripas rugen y se libera la grelina, la hormona que le dice al cerebro que ya es hora de comer.

Pero también nos encontramos con el hambre-trampa, que es el que tienen las personas a las que les encanta comer. ¿Y es lo único? No, puedes encontrarte con el hambre hormonal o con el hambre ambiental. Entender todo esto puede ayudar a entender qué pasa en nuestro cuerpo.

Punto y aparte merece el hambre que se produce fruto del estrés, el llamado mal de nuestra época, que hace que se junte el hambre con las ganas de no parar y entonces sigamos comiendo. ¿Entonces aquí es cuando hay que ponerse a dieta? Cuidado, porque las dietas a veces generan estrés y esa obsesión por lo qué comemos nos puede hacer engordar.

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¿Y qué tiene que ver con todo esto la fuerza de voluntad? Pues mucho. Después de lo que hablábamos en el párrafo anterior poco puede hacer la fuerza de voluntad sobre nosotros si el cerebro tiene hambre, hambre de verdad.

Y como el cuerpo es algo tan complejo que no se puede reducir a algo tan simple como la voluntad, es imprescindible buscar a un profesional que te ayude a entenderlo y a saber cómo funciona.