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Los cinco tipos de hambre que debes conocer para mantener una alimentación sana
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CONTROLAR EL HAMBRE

Los cinco tipos de hambre que debes conocer para mantener una alimentación sana

Desde el fisiológico hasta el emocional, la nutricionista Boticaria García afirma que es importante distinguir los diferentes tipos de hambre para una correcta dieta

Foto: Los cinco tipos de hambres que debes aprender a distinguir. (Plexels)
Los cinco tipos de hambres que debes aprender a distinguir. (Plexels)

A la hora de llevar a cabo una alimentación sana y consciente, es importante conocer los distintos tipos de hambre que pueden ayudarte a manejar mejor tu dieta y mejorar tu bienestar general. Según la experta nutricionista Boticaria García, no todos los impulsos de comer están relacionados con la necesidad fisiológica de nutrientes debido a que en multitud de ocasiones, la sensación de hambre puede estar desencadenada por factores emocionales o ambientales.

Algunos de los tipos de hambre que expone García es el hambre fisiológico, es decir el que es real debido a que responde a la necesidad biológica de nutrientes y energía. Se caracteriza por síntomas físicos como gruñidos estomacales, debilidad o dolor de cabeza. La clave para identificar este tipo de hambre es que puedes satisfacerla con cualquier tipo de alimento, incluso con aquellos que no te gustan o que normalmente no prefieres.

placeholder Hay que ser conscientes de cuándo se tiene hambre de verdad. (Pexels)
Hay que ser conscientes de cuándo se tiene hambre de verdad. (Pexels)

Todo lo contrario al hambre emocional que suele estar relacionado con el plano más psicológico. Este tipo de hambre aparece en momentos de estrés, tristeza, ansiedad o aburrimiento. A menudo se asocia con antojos específicos como alimentos ricos en azúcar o grasa, que proporcionan una sensación temporal de alivio o confort.

Existe otro tipo de hambre más relacionado con los sentidos, el sensorial, donde la vista, el olfato o incluso la textura de los alimentos pueden desencadenarlo. Por ejemplo cuando ves un anuncio de una comida apetitosa o hueles algo delicioso cuando vas por la calle.

placeholder El hambre psicológico está relacionado con el dulce o los alimentos altos en grasas. (pexels)
El hambre psicológico está relacionado con el dulce o los alimentos altos en grasas. (pexels)

Uno de los más difíciles de controlar es el hambre mental o de pensamientos, que es cuando se piensa constantemente en comida ya sea planificando la de ese día o recordando la anterior. Está mucho más relacionado con la mente que con el estómago.

Y por último, se encuentra el hambre social que suele aparecer en reuniones familiares, cenas con amigos o eventos especiales. En estos acontecimientos, se suele comer más por el placer de compartir que por una verdadera necesidad de nutrientes.

placeholder Las cenas con amigos suelen estar relacionadas con el hambre social. (Pexels)
Las cenas con amigos suelen estar relacionadas con el hambre social. (Pexels)

Según García, se puede dominar estos impulsos buscando alternativas saludables que nos ayuden a distraernos como toca un instrumento, cantar, el ejercicio físico o la meditación. Actividades que ayudan a controlar y distraer la mente y evitar que nos dejemos llevar por nuestras emociones o sentidos a la hora de alimentarnos.

placeholder El ejercicio puede ayudar a controlar el hambre. (Pexels)
El ejercicio puede ayudar a controlar el hambre. (Pexels)

Por ello, es importante conocer y diferenciar estos tipos de hambre debido a que pueden ayudar a tomar decisiones más conscientes sobre cuándo y qué comer, promoviendo una alimentación más saludable y equilibrada, evitando el consumo innecesario de calorías.

A la hora de llevar a cabo una alimentación sana y consciente, es importante conocer los distintos tipos de hambre que pueden ayudarte a manejar mejor tu dieta y mejorar tu bienestar general. Según la experta nutricionista Boticaria García, no todos los impulsos de comer están relacionados con la necesidad fisiológica de nutrientes debido a que en multitud de ocasiones, la sensación de hambre puede estar desencadenada por factores emocionales o ambientales.

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