4 razones por las que tu hijo no responde cuando le llamas, según el neuropsicólogo Álvaro Bilbao

El neuropsicólogo y padre de tres hijos ha revelado en una de sus publicaciones en su cuenta de Instagram cuatro razones principales por las cuales los niños no responden cuando los padres les llaman. Álvaro Bilbao ha indicado que estas razones van más allá de la simple distracción y se adentran en el funcionamiento del cerebro infantil, ofreciendo una perspectiva valiosa para los padres que buscan mejorar la comunicación con sus hijos.

En primer lugar, el flujo mental. Una de las principales razones, según Bilbao, es que los niños pueden estar inmersos en lo que se conoce como un "flujo atencional". En este estado, su cerebro se concentra de tal manera en una actividad específica que suprime otros estímulos a su alrededor. Esto puede suceder cuando están jugando, leyendo o incluso soñando despiertos, lo que hace que no escuchen a sus padres.

Otro factor importante es la presencia de estímulos más poderosos que compiten, como las pantallas de dispositivos electrónicos. Estos estímulos pueden capturar completamente la atención de los niños, haciendo que ignoren otros llamados, incluso los de sus padres. Las pantallas, con su combinación de colores vivos, sonidos y contenido interactivo, son especialmente efectivas para monopolizar la atención de los más pequeños.

La tercera razón se refiere a un fenómeno llamado extinción. Según el experto, si los padres llaman constantemente a sus hijos sin una razón importante o si, al llamarlos, no se sigue con una actividad relevante, el cerebro de los niños aprende a registrar esas llamadas como irrelevantes. Con el tiempo, esto lleva a que dejen de prestar atención a esos llamados.

Por último, Bilbao aconseja a los padres que eviten llamar a sus hijos solo para regañarles. Cuando las llamadas de atención están asociadas con reprimendas, los niños pueden desarrollar una tendencia a evitarlas. En lugar de esto, el neuropsicólogo sugiere que los padres se acerquen directamente cuando necesiten corregir o indicar algo a sus hijos, promoviendo así una comunicación más efectiva y positiva.

Para mejorar la respuesta de los niños, Álvaro Bilbao ha recomendado que las llamadas de los padres sean estímulos relevantes y positivos. Esto implica involucrar a los niños en actividades interesantes o reforzar el comportamiento con palabras de ánimo y cariño.