El pediatra Carlos González es tajante sobre darle premios a tus hijos: "Las cosas malas no son premios y las cosas buenas son tu obligación dárselas"

El reconocido pediatra ha compartido sus opiniones sobre la práctica común de premiar a los hijos con cosas que, en realidad, no son beneficiosas para ellos. En un vídeo publicado en YouTube, Carlos González ha puesto en duda radicalmente la costumbre de ofrecer dulces o tiempo frente al televisor como recompensas.

"Es muy frecuente darle a los niños como premios cosas malas, por ejemplo, 'si recoges, te doy un caramelo'", ha señalado el experto. "¿Pero no hemos quedado en que los caramelos producen caries? ¿Cómo le vas a dar a tu hijo una cosa mala y encima decirle que es un premio?"

El pediatra, conocido por su enfoque crítico hacia ciertos métodos tradicionales de crianza, ha subrayado que premiar a los niños con cosas perjudiciales envía un mensaje contradictorio. En su opinión, los padres deben proporcionar cosas buenas a sus hijos, independientemente de su comportamiento o rendimiento académico. "Las cosas buenas tienes que dárselas a tu hijo tanto si estudia como si no, tanto si saca buenas notas como si no", ha afirmado González.

El experto en la materia ha sugerido alternativas más saludables y beneficiosas. En lugar de utilizar los dulces como incentivo, recomienda fomentar actividades enriquecedoras. "Tiene que leer cuentos, tiene que leer libros, eso es bueno, tiene que ir al campo de excursión", ha destacado. Para González, estas actividades no deberían ser vistas como premios, sino como parte esencial del desarrollo y bienestar de los niños.

Además, ha advertido sobre el uso de la televisión como recompensa, calificándola como "la caja tonta". Según él, los niños no deberían ser castigados con largos periodos de inactividad frente a la pantalla. En cambio, ha animado a los padres a buscar formas más constructivas de motivar a sus hijos.

Las opiniones de Carlos González, sin duda, invitan a reflexionar sobre cómo los padres pueden apoyar mejor el crecimiento y el aprendizaje de sus hijos sin recurrir a métodos contraproducentes. Su mensaje es claro: las cosas buenas deben ser una constante en la vida de los niños, no una recompensa condicionada. Esta es la manera para fomentar un ambiente en el que los niños puedan desarrollarse plenamente y de manera saludable.