El psicólogo Alberto Soler explica qué es la indefensión aprendida y cuánto tiene que ver con castigar a tu hijo
Este síntoma genera apatía y ansiedad en los niños y que tengan unos peores resultados en lo que hagan en el día a día
Hay ocasiones en las que castigar a un hijo no funciona para que cambie su comportamiento. “Es que ya no sé qué hacer: le he quitado la consola, de ir al parque después de clase ni hablar, y le he dicho que si sigue así le quito de futbito. Pero pese a todo, su conducta es cada vez peor, ¿qué hago?”, estas son las cuestiones que le suelen llegar a consulta al psicólogo Alberto Soler cuando trata con familias.
Imponer disciplina de forma adecuada es complicado, y hacerlo desde el castigo continuo puede crear un comportamiento denominado como indefensión aprendida. El experto explica en un vídeo en su Instagram cómo se llega a este punto y qué hacer para evitarlo.
“El castigo no es una buena estrategia educativa, pero es que hay familias que encima abusan del castigo de una manera desmesurada. A la primera de turno castigo, amenaza, castigo, amenaza, castigo, amenaza. Y claro, esos castigos se ponen pero luego no se quitan porque alguien les ha dicho que si hacen eso al final acaban perdiendo la autoridad y todo es peor y los jinetes del apocalipsis y toda la historia”, ha comenzado. Esta es la situación por la que se puede generar la indefensión aprendida.
“¿Y qué es lo que sucede? Pues que la pobre criatura no sale de una para meterse en otra. Vive permanentemente castigado, por muy bien que lo haga, siempre acabará cometiendo un error y eso le supondrá un nuevo castigo”, explica el psicólogo. Así es como se produce la indefensión aprendida.
“Siente que no puede hacer nada para salir de esa situación y entonces se rinde. Deja de esforzarse por hacer las cosas bien. Se vuelve apático, se vuelve desmotivado, y eso acaba teniendo consecuencias en muchas áreas, empeora en la escuela, empeora su estado de ánimo, aumenta su nivel de ansiedad… pero bueno, claro, todo esto será por su bien, algo positivo acabará teniendo, ¿no? Pues no”, determina el experto.
“Por lo tanto, si te identificas con la filosofía de ya le he castigado con todo lo castigable y aún así no funciona, quizá le tenemos que dar un par de vueltas, porque a lo mejor ese no es el camino para conseguir nada”, ha criticado.
Hay ocasiones en las que castigar a un hijo no funciona para que cambie su comportamiento. “Es que ya no sé qué hacer: le he quitado la consola, de ir al parque después de clase ni hablar, y le he dicho que si sigue así le quito de futbito. Pero pese a todo, su conducta es cada vez peor, ¿qué hago?”, estas son las cuestiones que le suelen llegar a consulta al psicólogo Alberto Soler cuando trata con familias.
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