10 consejos para evitar los resfriados en otoño
Si todos los años te pasa lo mismo, estos consejos pueden ayudarte a prevenir. Son sencillos gestos que se convierten en grandes remedios
Con el otoño llegan esos días en los que el clima juega al despiste: al mediodía, un sol radiante que te hace pensar que el verano no se ha ido, y por la noche, ese frío húmedo que te recuerda que el invierno está a la vuelta de la esquina. Este cambio de temperatura nos pone en riesgo de resfriarnos. Aunque el frío no sea la causa directa de los resfriados, sí crea las condiciones perfectas para que los virus respiratorios campen a sus anchas, sobre todo cuando nuestras defensas están bajas.
Para evitar caer en los típicos resfriados de esta época del año, es importante tomar ciertas precauciones que ayuden a mantener nuestro sistema inmunológico fuerte. La clave está en llevar un estilo de vida saludable, con buena alimentación, higiene y algunos hábitos que te ayudarán a sentirte mejor y más protegido. Aquí van diez recomendaciones que puedes poner en práctica desde ya.
Para empezar, lavarse las manos con frecuencia es una de las medidas más efectivas. Nuestras manos están en constante contacto con superficies que pueden estar contaminadas, como pomos de puertas, teclados y pasamanos. Esto aumenta el riesgo de contagio, por lo que es esencial mantener las manos limpias utilizando agua y jabón o desinfectante.
Además de la higiene, otro factor crucial es ventilar bien los espacios cerrados. En otoño pasamos más tiempo en interiores, y el aire en ambientes cerrados puede volverse denso y facilitar la acumulación de virus. Abrir las ventanas unos minutos cada día ayuda a renovar el aire y reducir la posibilidad de contagio, especialmente en habitaciones donde pasan muchas personas.
Otro hábito sencillo pero muy eficaz es evitar tocarse la cara. Los ojos, la nariz y la boca son las vías principales por las que los virus acceden a nuestro cuerpo. Así que, si no te has lavado las manos, procura no tocar estas zonas. Este pequeño gesto puede marcar una gran diferencia en la prevención de infecciones.
Junto a estas medidas, no debemos olvidar el papel del ejercicio físico en nuestra salud. Mantener una rutina de ejercicio regular no solo mejora la forma física, sino que refuerza el sistema inmunológico y ayuda a combatir infecciones. No hace falta hacer ejercicios intensos, caminar, hacer yoga o andar en bicicleta son actividades ideales para mantenerse activo durante el otoño.
En cuanto a las prendas que elegimos en esta época, vestirse adecuadamente para el clima otoñal es fundamental. Aunque el frío no cause directamente los resfriados, exponernos a bajas temperaturas sin la ropa adecuada puede debilitar nuestras defensas. Vestirnos por capas nos permite adaptarnos mejor a los cambios bruscos de temperatura y mantener el cuerpo protegido.
El descanso también es esencial para mantener nuestro cuerpo en condiciones óptimas. Dormir lo suficiente le permite a nuestro sistema inmunológico recuperarse y fortalecerse. Dormir entre siete y ocho horas cada noche es crucial para que el cuerpo esté preparado para combatir infecciones.
Otro aspecto clave para reforzar nuestras defensas es mantener una dieta equilibrada. Incluir en nuestra alimentación frutas y verduras ricas en vitaminas, como los cítricos y las setas, es vital para fortalecer el sistema inmunológico. En otoño, los alimentos con vitamina C y D son especialmente importantes para mantener nuestras defensas altas.
No solo la alimentación es importante, también lo es mantenerse bien hidratado. Beber suficiente agua, infusiones o caldos ayuda a eliminar toxinas y mantener las mucosas respiratorias hidratadas, lo que es esencial para que nuestro organismo funcione de manera óptima y se defienda mejor de los virus.
Es fundamental también evitar el tabaquismo. El humo del tabaco irrita las vías respiratorias, debilitando nuestras defensas y haciéndonos más vulnerables a infecciones. Incluso el tabaquismo pasivo aumenta el riesgo de sufrir resfriados y otras enfermedades respiratorias.
Y por último, no por ello menos importante, reducir el estrés es muy importante para mantener nuestras defensas fuertes. El estrés prolongado aumenta los niveles de cortisol, lo que debilita el sistema inmunológico y nos hace más propensos a enfermarnos. Tomarse un tiempo para relajarse, practicar técnicas de respiración y desconectar de la rutina diaria es fundamental para mantener un buen estado de salud.
Siguiendo estos sencillos hábitos, podrás mantener a raya los resfriados y disfrutar del otoño en plena forma. La prevención y el autocuidado son nuestras mejores herramientas para enfrentarnos a los virus que proliferan en esta temporada. Aunque también puede ser de gran ayuda acudir a nuestro experto en salud para que nos dé la información más adecuada a nosotros mismos.
Con el otoño llegan esos días en los que el clima juega al despiste: al mediodía, un sol radiante que te hace pensar que el verano no se ha ido, y por la noche, ese frío húmedo que te recuerda que el invierno está a la vuelta de la esquina. Este cambio de temperatura nos pone en riesgo de resfriarnos. Aunque el frío no sea la causa directa de los resfriados, sí crea las condiciones perfectas para que los virus respiratorios campen a sus anchas, sobre todo cuando nuestras defensas están bajas.