Esta es la mejor actividad para fortalecer tu salud mental, y no tiene nada que ver con leer ni caminar
Hay actividades cotidianas, y no tan cotidianas, que no presentan grandes dificultades, pero que pueden convertirse en grandes aliadas, como la que te mostramos aquí
En la búsqueda de actividades que mejoren nuestra salud mental, solemos pensar en caminar, leer o incluso meditar. Sin embargo, existe una práctica que, aunque sorprendente, se ha consolidado como una de las más efectivas: coser. Sí, coser o tejer no solo es un pasatiempo relajante, sino una actividad con poderosos efectos terapéuticos que van más allá de lo que solemos imaginar.
Según estudios recientes, coser estimula el cerebro de maneras similares a las prácticas de mindfulness o meditación, lo que resulta en una notable mejora en nuestra salud mental. Además, los beneficios no solo son emocionales, sino también cognitivos, motrices y sociales.
Los movimientos repetitivos de las manos activan los neurotransmisores, ayudando a que las neuronas se mantengan activas y dinámicas. Esto no solo mejora la capacidad de atención y memoria, sino que también es útil para prevenir problemas como la atrofia cerebral asociada al envejecimiento. En este sentido, la costura se convierte en una herramienta clave para reducir el riesgo de desarrollar demencias en el futuro.
Además, ejercitar la creatividad durante el proceso de diseño y confección ayuda a reforzar habilidades como la resolución de problemas, promoviendo la regeneración de neuronas y manteniendo la mente ágil. Este enfoque creativo es fundamental no solo para el bienestar psicológico, sino también para fomentar la claridad mental en la vida diaria.
Más allá del bienestar mental, coser tiene importantes beneficios físicos. Al realizar esta actividad, se trabaja la coordinación motora fina, ya que requiere precisión en los movimientos de las manos y brazos. Este ejercicio también es ideal para mejorar la psicomotricidad y la coordinación entre el cuerpo y la mente, lo que resulta útil para personas de todas las edades, especialmente en etapas avanzadas de la vida.
Además, coser puede ayudar a reducir el estrés y la ansiedad. Al igual que el yoga o la meditación, esta actividad facilita la relajación y disminuye los niveles de tensión. De hecho, se ha comprobado que puede mejorar la calidad del sueño, aliviar dolores crónicos como la artritis o la artrosis, y favorecer la salud cardiovascular, ayudando a controlar la presión arterial.
Aunque pueda parecer una actividad solitaria, la realidad es que también tiene un fuerte componente social. Los talleres de costura, donde se comparten técnicas y se intercambian ideas, fomentan la socialización y crean comunidades de personas que comparten un mismo interés. Este tipo de interacción resulta fundamental para mejorar la autoestima y promover un mayor sentido de pertenencia.
En la búsqueda de actividades que mejoren nuestra salud mental, solemos pensar en caminar, leer o incluso meditar. Sin embargo, existe una práctica que, aunque sorprendente, se ha consolidado como una de las más efectivas: coser. Sí, coser o tejer no solo es un pasatiempo relajante, sino una actividad con poderosos efectos terapéuticos que van más allá de lo que solemos imaginar.