Qué es la dermatitis seborreica y cómo solucionar sus síntomas, según la ciencia
Esta enfermedad puede suponer un gran desafío para quienes la padecen, especialmente en épocas de estrés
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Aproximadamente, 1,4 millones de españoles fueron diagnosticados con dermatitis seborreica en 2017. La dermatitis seborreica es una enfermedad inflamatoria crónica que afecta principalmente a áreas como el cuero cabelludo, la cara y el pecho. Sin embargo, al contrario de lo que se podría pensar, no siempre está relacionada con un exceso de sebo en la piel. Se da con mayor frecuencia en hombres que en mujeres y suele manifestarse con más asiduidad en climas fríos y durante periodos de estrés.
Según un estudio publicado en 'Journal of the European Academy of Dermatology and Venereology', el principal desencadenante de esta afección parece ser la levadura Malassezia, un hongo que habita de manera natural en la piel humana. La presencia de este microorganismo provoca una respuesta inflamatoria que desencadena síntomas como enrojecimiento, descamación y picor. Además, los cambios hormonales y el estilo de vida son factores que también influyen en su aparición.
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Quienes tienen esta enfermedad suelen presentar áreas de piel enrojecida, acompañadas de una sensación en la que la piel está grasa y tiene escamas. Estas lesiones suelen aparecer en el cuero cabelludo, las cejas, alrededor de la nariz y detrás de las orejas. Además, quienes también sufren de Parkinson o VIH, tienen más probabilidad de desarrollar esta enfermedad de forma más severa, lo cual sugiere a los expertos que puede estar relacionado con el sistema inmunológico.
Aunque no se trata de una afección grave, puede ser molesta y tener un impacto negativo en la autoestima, puesto que este tipo de dermatitis es visible. Afortunadamente, existen varios tratamientos disponibles para controlar su sintomatología y mejorar la calidad de vida de los pacientes.
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Tal y como indican diversos estudios científicos, el tratamiento de la dermatitis seborreica suele incluir el uso de champús antifúngicos, como aquellos que contienen ketoconazol o ciclopirox. Estos productos ayudan a reducir la proliferación de la levadura Malassezia y a aliviar la inflamación. Asimismo, es importante tener en cuenta que deben aplicarse de forma regular para evitar recaídas, especialmente durante las épocas más frías del año, cuando los síntomas tienden a empeorar.
En los casos más graves, el uso de corticosteroides tópicos, como la hidrocortisona, pueden ser eficaces para controlar los brotes. Sin embargo, los expertos recomiendan utilizar estos medicamentos solo durante periodos cortos debido a sus efectos secundarios, como la posibilidad de la piel se vuelva más fina. Además, los inhibidores de la calcineurina (un tipo de proteína), como el tacrolimus o el pimecrolimus, son otras opciones terapéuticas con menos riesgos y pueden utilizarse para mantener a raya la inflamación.
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En cualquier caso, si crees que puedes tener síntomas de dermatitis seborreica, lo mejor es que consultes con un profesional de salud para que te diagnostique adecuadamente antes de poner en marcha ningún tratamiento.
Aproximadamente, 1,4 millones de españoles fueron diagnosticados con dermatitis seborreica en 2017. La dermatitis seborreica es una enfermedad inflamatoria crónica que afecta principalmente a áreas como el cuero cabelludo, la cara y el pecho. Sin embargo, al contrario de lo que se podría pensar, no siempre está relacionada con un exceso de sebo en la piel. Se da con mayor frecuencia en hombres que en mujeres y suele manifestarse con más asiduidad en climas fríos y durante periodos de estrés.