Qué comer según las necesidades de tu cuerpo: desde el insomnio al cansancio
Los alimentos tienen nutrientes que son claves para el buen funcionamiento de los órganos y que ayudan a mejorar la salud
La alimentación no solo es fundamental para el funcionamiento general del organismo, sino que también puede ser clave para combatir síntomas específicos como el insomnio, el cansancio o el estrés. Incorporar ciertos alimentos de manera estratégica en la dieta diaria puede marcar la diferencia en cómo te sientes. Estas son algunas recomendaciones basadas en los síntomas más comunes y cómo ciertos nutrientes pueden ayudar a aliviarlos.
Si sufres de insomnio o dificultad para conciliar el sueño, tu alimentación puede ser un aliado. El triptofano, un aminoácido presente en alimentos como el pavo, los huevos, las nueces y los lácteos, ayuda a la producción de serotonina y melatonina, hormonas clave en la regulación del sueño. Incorporar estos alimentos durante la cena puede favorecer un descanso reparador. También es recomendable consumir carbohidratos complejos, como el arroz integral o la avena, que potencian la absorción de triptófano en el cerebro.
Si notas que te falta energía, probablemente tu cuerpo esté demandando alimentos ricos en hierro, magnesio y vitaminas del grupo B. El hierro, presente en carnes rojas, espinacas y legumbres, es esencial para el transporte de oxígeno en la sangre, mientras que el magnesio (en frutos secos, semillas y plátanos) favorece el buen funcionamiento muscular y nervioso. Las vitaminas B, presentes en cereales integrales, huevos y pescado, son clave para el metabolismo energético.
El estrés prolongado puede aumentar los niveles de cortisol, lo que afecta negativamente al sistema inmunológico y provoca agotamiento. Para contrarrestar estos efectos, los alimentos ricos en antioxidantes y grasas saludables son ideales. Los arándanos, el aguacate y los pescados ricos en ácidos grasos omega-3, como el salmón, pueden reducir la inflamación y mejorar la respuesta del cuerpo al estrés. Además, los alimentos ricos en vitamina C, como las naranjas y kiwis, ayudan a reducir los niveles de cortisol.
Para aquellos que sufren de problemas digestivos como la hinchazón o la acidez, elegir alimentos que faciliten la digestión es clave. Las fibras solubles presentes en avena, manzanas y zanahorias, favorecen la digestión lenta, evitando picos de glucosa en la sangre y ayudando a mejorar el tránsito intestinal. Además, los probióticos presentes en yogures naturales o en alimentos fermentados, como el kéfir, ayudan a equilibrar la flora intestinal, mejorando la salud digestiva.
Si sientes que te resfrías con facilidad o tu cuerpo no responde bien a las infecciones, es hora de reforzar tus defensas con alimentos ricos en zinc y vitamina D. El zinc, presente en mariscos, legumbres y semillas de calabaza, es vital para el buen funcionamiento del sistema inmunitario. La vitamina D, que puedes obtener del pescado azul, los huevos y la exposición al sol, también es esencial para mantener las defensas en óptimas condiciones.
La alimentación no solo es fundamental para el funcionamiento general del organismo, sino que también puede ser clave para combatir síntomas específicos como el insomnio, el cansancio o el estrés. Incorporar ciertos alimentos de manera estratégica en la dieta diaria puede marcar la diferencia en cómo te sientes. Estas son algunas recomendaciones basadas en los síntomas más comunes y cómo ciertos nutrientes pueden ayudar a aliviarlos.