El truco para limpiar el lavavajillas sin esfuerzo que hará que te dure muchos más años

El lavavajillas ha revolucionado la forma en que muchos hogares gestionan la tediosa tarea de lavar platos, haciendo que con solo apretar un botón, todo quede limpio y desinfectado. Sin embargo, para que este indispensable electrodoméstico funcione de manera eficiente y garantice que la vajilla salga reluciente, es crucial realizar una limpieza periódica en su interior. Sin estos cuidados, tus platos y cubiertos podrían salir con manchas y restos de suciedad. Te mostramos tres trucos sencillos para limpiar en profundidad tu lavavajillas y asegurar que siga funcionando a la perfección.

El primer paso para mantener tu lavavajillas impecable es aprovechar el poder del vinagre blanco y el bicarbonato de sodio. Estos ingredientes, comúnmente encontrados en cualquier cocina, son excelentes aliados para desengrasar y desinfectar el aparato sin mucho esfuerzo. El proceso es sencillo: espolvorea media taza de bicarbonato en el interior del lavavajillas, asegurándote de cubrir el fondo y las rejillas. Luego, llena un vaso con vinagre blanco y colócalo en la rejilla superior.

Este truco ayuda a eliminar depósitos de cal, restos de comida y malos olores que se acumulan con el uso frecuente. Selecciona el ciclo de lavado más caliente, ya que el agua caliente intensificará la acción limpiadora de estos ingredientes naturales. Una vez finalizado, retira el vaso y asegúrate de que no queden restos de bicarbonato. Para concluir, realiza un ciclo adicional con agua para eliminar cualquier residuo restante.

Pero no todo acaba ahí. El filtro del lavavajillas es otra pieza clave que merece una atención especial. Este pequeño componente, ubicado en la parte inferior del aparato, es el encargado de atrapar restos de comida, grasa y partículas que podrían obstruir las tuberías si no se eliminan adecuadamente. Limpiar el filtro regularmente es esencial para evitar malos olores y mantener el buen funcionamiento del lavavajillas.

El proceso de limpieza es muy sencillo: primero, prepara una mezcla de agua caliente, vinagre y jabón. Desenrosca el filtro y déjalo en remojo durante media hora. Luego, frota con un cepillo de dientes viejo para eliminar cualquier suciedad incrustada. Si es necesario, puedes repetir el proceso de remojo y frotado, asegurándote de secar bien el filtro antes de volver a colocarlo.

Finalmente, no podemos olvidar las aspas del lavavajillas, responsables de distribuir el agua a presión en todas las direcciones durante el ciclo de lavado. Si las aspas están obstruidas o sucias, el rendimiento del aparato se verá comprometido. Para mantenerlas en óptimas condiciones, es recomendable limpiarlas cada seis meses. Retira las aspas y límpialas bajo el grifo, utilizando un producto quitagrasas o amoniaco líquido si la suciedad está muy adherida. Después, enjuágalas bien y colócalas de nuevo en su lugar.