Si duermes en alguna de estas posturas significa que tus niveles de cortisol están disparados
Algunas posturas en concreto delatan que estamos sufriendo altos niveles de estrés, algo que repercute directamente en la calidad del sueño
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La posición al dormir no solo es una cuestión de preferencia personal, sino que también tiene un impacto en nuestra salud. A menudo, el estrés nos persigue también a la hora de dormir, impidiendo que nuestro cuerpo se relaje y provocando la rigidez de nuestros músculos.
A medida que envejecemos es más común optar por dormir de lado, permaneciendo más tiempo en una misma postura durante el sueño, lo que puede aumentar la rigidez y el malestar. Si además estas posturas van acompañadas de rigidez debido al estrés, el resultado se traduce en un descanso insatisfactorio.
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Una de las señales a las que debemos prestar atención al acostarnos es si notamos molestias musculares o incomodidad en alguna parte de nuestro cuerpo tras estar un rato en la cama, ya que esto indica que nuestro cuerpo no está pudiendo relajarse.
Una de las posturas que los expertos asocian con el estrés es, si estando en posición fetal, tenemos los puños apretados o las manos muy pegadas a nuestra barbilla. Esta posición indica que estamos tensas y eso se traduce en la tensión de nuestros grupos musculares.
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Sin lugar a dudas otro signo de estrés es el bruxismo, una afección que cada vez sufre mayor parte de población. El bruxismo consiste en la tensión de los músculos de la mandíbula mientras dormimos, dando lugar a dolores en los músculos de la mandíbula, desgaste de las piezas dentales, inflamación de encías y dolores de cabeza. El bruxismo es quizá el mayor síntoma de que estamos expuestas a unos altos niveles de estrés, siendo esta la manera que tiene nuestro cuerpo para manifestarlo.
La rigidez en las cervicales es otro indicativo de que nuestros niveles de cortisol están disparados, si por la mañana sueles despertarte con molestias musculares o incluso rigidez en la zona que te impide girar la cabeza, significa que el estrés está contribuyendo a adoptar malas posturas a la hora de dormir.
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En definitiva, si la postura elegida para dormir entraña dolores musculares, rigidez o calambres cuando despiertas, significa que algo no está yendo bien en nuestro organismo y que el descanso nocturno, en lugar de ser un momento de calma y paz, se está convirtiendo en una prologación de las situaciones de estrés que vivimos durante el día.
Las técnicas de relajación antes de dormir pueden ser una medida muy útil para ayudar a nuestro cuerpo a desconectar y preparar a nuestro cerebro para el descanso nocturno y la desconexión.
La posición al dormir no solo es una cuestión de preferencia personal, sino que también tiene un impacto en nuestra salud. A menudo, el estrés nos persigue también a la hora de dormir, impidiendo que nuestro cuerpo se relaje y provocando la rigidez de nuestros músculos.