Estos son los alimentos que no deberías envolver en papel de aluminio
Este material tan popular puede resultar poco adecuado para algunos productos o condiciones
El papel de aluminio es un elemento esencial en muchas cocinas, valorado tanto por su ligereza como por su capacidad de actuar como barrera contra la luz, el oxígeno, la humedad y los gérmenes. Esta lámina delgada y flexible es la opción preferida para envolver alimentos y cocinar, dado que retiene el calor y la humedad, ayudando a prolongar la frescura de los productos. Sin embargo, aunque su versatilidad y utilidad son incuestionables, algunas preocupaciones han surgido respecto a la posibilidad de que el aluminio del papel migre a los alimentos, sobre todo al cocinar a altas temperaturas o con alimentos ácidos. ¿Qué tan cierta es esta preocupación y hasta qué punto es seguro utilizar el papel de aluminio para cocinar?
Según la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), la ingesta semanal segura de aluminio es de aproximadamente un miligramo por kilo de peso corporal. Esto significa que, para una persona de 70 kg, el límite es de 70 mg semanales. Tanto la Organización Mundial de la Salud (OMS) como la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) coinciden en que niveles de aluminio de hasta dos miligramos por kilo de peso corporal a la semana son seguros y poco probables de provocar problemas de salud.
Además, se estima que solo un 0,1% del aluminio ingerido realmente se absorbe en el tracto intestinal. Aunque el aluminio es un metal pesado que en cantidades acumuladas puede ser dañino, los estudios sugieren que el consumo cotidiano de aluminio está muy por debajo de niveles peligrosos.
La Agencia Catalana de Seguridad Alimentaria (ACSA) asegura que la migración del aluminio en alimentos es insignificante bajo condiciones normales de uso. Sin embargo, en ciertas circunstancias, esta transferencia puede incrementarse. La combinación de altas temperaturas y alimentos con alta acidez o contenido de sal (como salsas de tomate o alimentos marinados con limón) puede favorecer la liberación de iones de aluminio, los cuales podrían migrar hacia los alimentos.
Existen algunas recomendaciones prácticas para reducir la posible exposición al aluminio al usar este material en la cocina. Cuando se trata de preparar alimentos ácidos como tomate o manzana, se recomienda optar por otros materiales, como el film plástico, que no favorece la migración de metales. Además, hay estudios recientes publicados en 'Food Science & Nutrition' indican que es seguro utilizar papel de aluminio en el horno hasta temperaturas de 200°C. Cocinar a temperaturas inferiores, como 160°C, reduce aún más la posibilidad de que el aluminio migre a los alimentos. Para alimentos ácidos y de cocción prolongada, mejor emplear bandejas y fuentes de otros materiales que no sean aluminio.
La evidencia sugiere que el uso de papel de aluminio es seguro para la mayoría de las aplicaciones culinarias. La EFSA ha señalado que las cantidades que pueden migrar del papel de aluminio a los alimentos bajo condiciones normales son casi inapreciables, y están muy lejos del límite considerado seguro. Aún así, es recomendable ser cautelosos al usarlo con alimentos ácidos y a temperaturas extremas.
El papel de aluminio es un elemento esencial en muchas cocinas, valorado tanto por su ligereza como por su capacidad de actuar como barrera contra la luz, el oxígeno, la humedad y los gérmenes. Esta lámina delgada y flexible es la opción preferida para envolver alimentos y cocinar, dado que retiene el calor y la humedad, ayudando a prolongar la frescura de los productos. Sin embargo, aunque su versatilidad y utilidad son incuestionables, algunas preocupaciones han surgido respecto a la posibilidad de que el aluminio del papel migre a los alimentos, sobre todo al cocinar a altas temperaturas o con alimentos ácidos. ¿Qué tan cierta es esta preocupación y hasta qué punto es seguro utilizar el papel de aluminio para cocinar?