7 maneras de hacer que los niños coman menos alimentos procesados

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El alto consumo de alimentos procesados en niños y adolescentes preocupa cada vez más tanto a los padres como a la comunidad científica. Según un estudio publicado este octubre por la revista 'European Journal of Nutrition', los niños de casi dos años obtienen un 47% de las calorías totales que necesitan diariamente a través de alimentos ultraprocesados, mientras que en los menores de siete años ese número se eleva hasta el 59%.

Tal y como reflejan diversas investigaciones publicadas en 'Jornal de Pediatria' y en 'British Journal of Nutrition', la ingesta de alimentos ultraprocesados está asociada a un aumento del índice de masa corporal (IMC) y a patrones de alimentación poco saludables que se prolongan en el tiempo. La página web especializada 'Children's Health', gestionada por uno de los mejores centros médicos de pediatría en Texas, ofrece ciertas recomendaciones para que las familias aprendan a reducir este tipo de alimentos en las dietas de sus hijos.

Lo primero a tener en cuenta es que debemos procurar sustituir las galletas, patatas fritas y otros snacks procesados por frutas, verduras y frutos secos, de forma que evitemos el consumo excesivo de azúcares y grasas añadidas. Además, el estudio expuesto en 'British Journal of Nutrition' subraya que los productos ultraprocesados generan una mayor respuesta emocional, lo que dificulta la regulación del apetito.

Por otro lado, se puede mejorar la dieta con la ingesta de agua y tés sin azúcar. Las investigaciones muestran que los niños que consumen refrescos y otras bebidas azucaradas presentan una preferencia por comer alimentos procesados. Esta tendencia aumenta en los niños el riesgo de padecer obesidad.

En tercer lugar, los expertos recomiendan que, en la medida de lo posible, las comidas se preparen en casa, ya que el control sobre los ingredientes permite evitar productos con altos niveles de sodio, azúcares y grasas. Asimismo, se aconseja la planificación de un menú semanal basado en alimentos frescos, de forma que se disminuyan las compras impulsivas de procesados.

Otra de las recomendaciones se centra en el almuerzo. Los investigadores han demostrado que los menores que llevan comida ya preparada de casa tienden a consumir más frutas y verduras. Por su parte, los dulces deben reservarse para una ocasión especial, consumiéndose como mucho una vez a la semana. Por último, se debe disminuir el tiempo que los niños pasan frente a pantallas, ya que esto limita el consumo de procesados debido a la publicidad.

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En cualquier caso, si tienes dudas sobre cómo debe ser la alimentación de tu hijo, lo mejor es que acudas a un profesional de salud para que pueda ayudarte a resolver todas tus preguntas, teniendo en cuenta tus circunstancias concretas.