Estos son los estiramientos que puedes hacer para evitar la rigidez muscular, según la Universidad de Harvard
Con hacer tan solo unos cuantos ejercicios se puede evitar la rigidez; un entrenamiento que debe practicarse, sobre todo, si se va a hacer deporte
Con la llegada del frío, muchas personas experimentan un aumento en la rigidez muscular. Este problema, lejos de ser solo una percepción, tiene una base científica. Cuando se expone a bajas temperaturas, el cuerpo dirige el flujo sanguíneo hacia el núcleo para conservar calor, dejando menos oxígeno en las extremidades, lo que contribuye a un incremento de la rigidez. Sarah Eby, especialista en medicina deportiva del Hospital General de Massachusetts y afiliada a la Universidad de Harvard, explica en un artículo que el frío eleva el riesgo de sufrir lesiones al causar tensión en los músculos.
Para preparar el cuerpo al frío y reducir la rigidez, se deben realizar estiramientos dinámicos, especialmente si después se va a llevar a cabo alguna actividad física. Estos movimientos repetitivos permiten que la sangre fluya y se calienten los músculos, disminuyendo el riesgo de desgarros. La experta recomienda dedicar entre 10 y 15 minutos a una serie de ejercicios como sentadillas, zancadas o giros de tronco, aunque caminar a paso ligero también puede ayudar.
Tras calentar los músculos, los expertos también aconsejan realizar diversos estiramientos estáticos de forma que se fortalezca la flexibilidad. Para ello, hay que practicar ciertas posturas y mantenerlas de 20 a 30 segundos. Entre los ejercicios que podemos hacer está el estiramiento en el que nos inclinamos para tocar los dedos de los pies, o colocar los hombros entrelazando las manos detrás de la espalda. Esta última postura permite que los músculos ganen longitud y conserven su rango de movimiento.
La doctora recomienda que, además de los estiramientos, se tomen otras medidas preventivas. Una de las sugerencias es la de permanecer bien hidratado, ya que así se evita la acumulación de ácido láctico y, por tanto, la aparición de calambres. Asimismo, aconseja vestirse con capas de ropa adecuadas para conservar el calor corporal. Por último, la ingesta de vitamina D3, entre 0,3 y 0,6 miligramos diarios, ayuda a prevenir el dolor de los músculos, que puede empeorar significativamente durante esta estación.
En cualquier caso, si tienes dudas sobre cómo la rigidez muscular puede afectar a tu organismo, lo mejor es que acudas a un profesional de salud para que pueda ayudarte a resolver todas tus preguntas, teniendo en cuenta tus circunstancias concretas.
Con la llegada del frío, muchas personas experimentan un aumento en la rigidez muscular. Este problema, lejos de ser solo una percepción, tiene una base científica. Cuando se expone a bajas temperaturas, el cuerpo dirige el flujo sanguíneo hacia el núcleo para conservar calor, dejando menos oxígeno en las extremidades, lo que contribuye a un incremento de la rigidez. Sarah Eby, especialista en medicina deportiva del Hospital General de Massachusetts y afiliada a la Universidad de Harvard, explica en un artículo que el frío eleva el riesgo de sufrir lesiones al causar tensión en los músculos.