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Así es como debes limpiar tu cocina para que las bacterias no proliferen
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Así es como debes limpiar tu cocina para que las bacterias no proliferen

Establecer una rutina de en la cocina es la clave para evitar que la suciedad se extienda por las superficies

Foto: La limpieza en la cocina debe ser profunda. (Pexels / Karolina Grabowska)
La limpieza en la cocina debe ser profunda. (Pexels / Karolina Grabowska)

La cocina es el corazón del hogar, pero también puede ser el epicentro de gérmenes y bacterias si no se mantiene una limpieza adecuada. Diversos estudios han demostrado que este espacio puede albergar más bacterias que el baño debido a los residuos de alimentos, humedad y superficies que suelen tocarse con las manos sucias. Con simples cambios en la rutina de limpieza, es posible reducir significativamente el riesgo de contaminación cruzada y enfermedades. Aquí te damos una guía práctica para lograrlo.

Las superficies de trabajo deben limpiarse antes y después de preparar alimentos, especialmente cuando se trata de carnes, pescados y verduras crudas. Utiliza un desinfectante adecuado para eliminar las bacterias y, de ser posible, utiliza paños desechables para evitar la acumulación de microbios en esponjas o trapos. Las superficies deben secarse bien, ya que las bacterias proliferan en lugares húmedos. Aplica una solución de agua con vinagre blanco para limpiar superficies de manera natural. El vinagre actúa como un agente antibacteriano sin necesidad de productos químicos agresivos.

placeholder Desinfectar es muy importante en la limpieza. (Pexels/ Liliana Drew)
Desinfectar es muy importante en la limpieza. (Pexels/ Liliana Drew)

Uno de los mayores riesgos en la cocina es la contaminación cruzada que ocurre al utilizar la misma tabla de cortar para distintos tipos de alimentos. Lo ideal es tener una tabla para carnes y otra para frutas y verduras, de preferencia de materiales como polietileno o silicona, que son menos propensos a acumular bacterias que la madera. Lávalas con agua caliente y jabón después de cada uso, y de ser posible, sumérgelas en una solución de agua con cloro para desinfectarlas por completo. El fregadero suele acumular restos de alimentos y es un ambiente húmedo, ideal para que proliferen bacterias como E. coli y Salmonella. Para limpiarlo, utiliza un desinfectante de uso diario y no olvides pasar un paño con cloro por el grifo, que suele tocarse con manos sucias. Una mezcla de bicarbonato y vinagre funciona muy bien para eliminar residuos y desinfectar de manera natural. Además, ayuda a destapar el drenaje, donde también se acumulan restos de alimentos.

Las esponjas y trapos de cocina son algunos de los objetos más contaminados en el hogar. Para evitar que se conviertan en un foco de infección, cámbialos cada semana. Las esponjas pueden desinfectarse en el microondas durante dos minutos para eliminar hasta el 99% de las bacterias, o lavarlas en agua hirviendo con un poco de cloro. También puedes optar por usar toallas de papel desechables o trapos de microfibra que se secan más rápido y son menos propensos a acumular bacterias.

placeholder Es importante usar utensilios apropiados en la limpieza. (Pexels/ Liliana Drew)
Es importante usar utensilios apropiados en la limpieza. (Pexels/ Liliana Drew)

Los electrodomésticos como el microondas, el frigorífico y el horno también necesitan una limpieza regular. El microondas, por ejemplo, puede acumular restos de alimentos que explotan al calentarse, lo cual genera un ambiente idóneo para las bacterias. Limpia las superficies internas con una mezcla de agua y limón para eliminar malos olores y desinfectar. Para el refrigerador, limpia las bandejas y cajones con una solución de agua y bicarbonato cada semana y elimina alimentos caducados para evitar la proliferación de bacterias y moho.

La basura es una fuente importante de bacterias en la cocina. Cambia la bolsa de basura regularmente, no esperes a que esté completamente llena y evita dejarla al descubierto. Limpia el cubo de basura cada semana con desinfectante o una solución de cloro diluido. Finalmente, nunca olvides lavar tus manos antes y después de manipular alimentos. Es la forma más efectiva de evitar la contaminación cruzada. Lava tus manos con agua caliente y jabón durante al menos 20 segundos para eliminar gérmenes.

La cocina es el corazón del hogar, pero también puede ser el epicentro de gérmenes y bacterias si no se mantiene una limpieza adecuada. Diversos estudios han demostrado que este espacio puede albergar más bacterias que el baño debido a los residuos de alimentos, humedad y superficies que suelen tocarse con las manos sucias. Con simples cambios en la rutina de limpieza, es posible reducir significativamente el riesgo de contaminación cruzada y enfermedades. Aquí te damos una guía práctica para lograrlo.

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