4 motivos para poner límites a tus hijos, según el psicólogo Álvaro Bilbao

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El comportamiento infantil suele poner a prueba la paciencia de los adultos. Aunque muchas personas creen que poner límites es una forma de represión a la libertad de los menores, los expertos coinciden en su importancia para el desarrollo emocional, social y personal de los menores. El psicólogo Álvaro Bilbao y la página web de la organización especializada 'Hand in Hand Parenting' creen en la necesidad de establecer normas de forma respetuosa y empática.

Uno de los principales beneficios de establecer límites es la protección que le otorgan al niño. Tal como explica Álvaro Bilbao, impedir que un bebé acceda a productos peligrosos o restringir el uso de internet para un adolescente son ejemplos claros de cómo estas normas pueden garantizar su seguridad.

Otro aspecto a tener en cuenta es que los límites fomentan la resiliencia emocional. Según Bilbao, decir “no” de manera firme y respetuosa ayuda a los niños a gestionar mejor la frustración. Aunque este proceso puede ser incómodo tanto para padres como para hijos, los expertos hacen hincapié en que esta es una oportunidad para que los pequeños adquieran habilidades emocionales valiosas. Desde 'Hand in Hand', aconsejan acompañar a los niños cuando se sienten frustrados o lloran tras enfrentarse a una negativa. Así, se refuerza el vínculo emocional entre padres e hijos y les permite procesar sus emociones en un ambiente seguro.

Por otro lado, un niño que entiende los límites también aprende a establecerlos en sus relaciones personales. Álvaro Bilbao destaca que frases como “No permito que me hables de forma irrespetuosa” enseñan a los niños a defenderse y a establecer sus propias reglas en el futuro. Este tipo de aprendizaje incrementa su autoestima y les ayuda a desarrollar relaciones sanas y equilibradas.

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Finalmente, los límites actúan como una guía que orienta a los niños hacia comportamientos responsables. Según Bilbao, estas normas inculcan valores duraderos que facilitan la convivencia y preparan a los menores para su vida diaria. Algunas sentencias como “No podemos comer dulces todo el día” o “No es momento de ver la tele” son ejemplos de cómo los límites promueven hábitos saludables. Con el objetivo de reducir la tensión, los límites pueden abordarse de forma creativa. Por ejemplo, si un niño se resiste a ponerse los calcetines, se puede convertir la tarea en un juego: “¡He atrapado a un tigre! Vamos a ponerle los calcetines para que pueda salir al parque”, explican.

En cualquier caso, si tienes dudas sobre cómo poner límites a tu hijo, lo mejor es que acudas a un profesional de salud para que pueda ayudarte a resolver todas tus preguntas, teniendo en cuenta tus circunstancias concretas.