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Estás tomando té mal y no lo sabías: esta es la forma más sana
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Estás tomando té mal y no lo sabías: esta es la forma más sana

El ritual del té puede mantenerse siempre y cuando tomemos medidas para proteger nuestra salud

Foto: Microplásticos en bolsas de té (Unsplash/ K8)
Microplásticos en bolsas de té (Unsplash/ K8)

El té es una de las bebidas más consumidas y apreciadas en todo el mundo, asociado con momentos de relajación, bienestar y salud. Sin embargo, detrás de este hábito aparentemente inofensivo, se esconde un problema que muchos desconocen: las bolsas de té, especialmente aquellas fabricadas con materiales plásticos, liberan millones de partículas de micro y nanoplásticos (MNPLs) en cada taza que preparamos. Este descubrimiento, basado en investigaciones científicas recientes, ha generado preocupación tanto en el ámbito de la salud pública como en el ambiental.

Un estudio exhaustivo analizó los tres tipos más comunes de bolsas de té: nylon-6 (NY6), polipropileno (PP) y celulosa. Utilizando técnicas avanzadas como la microscopia electrónica y la espectroscopia infrarroja, los investigadores confirmaron que las bolsas de té liberan partículas microscópicas al entrar en contacto con el agua caliente. Por ejemplo, las bolsas de polipropileno pueden emitir hasta 1.20 × 10⁹ partículas por mililitro, mientras que las de nylon-6 y celulosa, aunque en menor cantidad, también contribuyen significativamente al problema. Estas partículas diminutas pueden ingresar al cuerpo humano a través del sistema digestivo, acumulándose en órganos como los intestinos.

placeholder Vista de una mujer tomando té. (iStock)
Vista de una mujer tomando té. (iStock)

Los efectos de los MNPLs en la salud aún están siendo investigados, pero los primeros hallazgos son alarmantes. Estudios experimentales han demostrado que células intestinales humanas absorben fácilmente estas partículas, dependiendo del tipo de plástico. Por ejemplo, las células epiteliales mostraron una mayor absorción de partículas de nylon-6, mientras que las mucosas interactuaron especialmente con las de polipropileno. Este fenómeno plantea serias dudas sobre los riesgos a largo plazo de consumir estas partículas de manera recurrente, ya que su acumulación podría estar vinculada con problemas de salud como las enfermedades inflamatorias del intestino.

El impacto de las bolsas de té no se limita a la salud humana; también representan una amenaza ambiental significativa. Muchas de estas bolsas contienen polímeros plásticos, que si bien permiten sellarlas de manera efectiva, contribuyen a la contaminación al liberar microplásticos en los ecosistemas terrestres y acuáticos. Aunque algunas marcas promocionan sus bolsas como biodegradables, a menudo incluyen materiales plásticos en su composición, perpetuando el problema ecológico.

placeholder Té verde japonés. (iStock)
Té verde japonés. (iStock)

Frente a este panorama, ¿cuál es la forma más saludable y responsable de disfrutar una taza de té? Una alternativa segura y sostenible es optar por el té a granel, utilizando infusores reutilizables de acero inoxidable o vidrio. Este método elimina por completo la necesidad de bolsas y reduce la exposición a los MNPLs.

Otra opción es buscar marcas que garanticen que sus bolsas son 100% libres de plásticos y estén fabricadas con materiales verdaderamente biodegradables, como el ácido poliláctico (PLA), aunque estas también requieren un escrutinio riguroso para confirmar su seguridad.

El té es una de las bebidas más consumidas y apreciadas en todo el mundo, asociado con momentos de relajación, bienestar y salud. Sin embargo, detrás de este hábito aparentemente inofensivo, se esconde un problema que muchos desconocen: las bolsas de té, especialmente aquellas fabricadas con materiales plásticos, liberan millones de partículas de micro y nanoplásticos (MNPLs) en cada taza que preparamos. Este descubrimiento, basado en investigaciones científicas recientes, ha generado preocupación tanto en el ámbito de la salud pública como en el ambiental.

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