La explicación científica por la que no soportas el ruido que hace la gente al comer
Este trastorno es una respuesta emocional desproporcionada hacia ciertos ruidos relacionados con la forma en que algunas personas comen o beben
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¿Eres de los que no puedes evitar enfadarte o ponerte muy nervioso cuando escuchas a alguien masticar haciendo ruido o sorber ciertas comidas?. Este malestar intenso se conoce como misofonía y se caracteriza por una respuesta emocional desproporcionada ante ruidos específicos, como el sonido de la masticación, el tecleo en un ordenador o el crujido de los nudillos.
Este trastorno, aunque no ampliamente reconocido en manuales clínicos, afecta a la calidad de vida de quienes lo padecen. La irritación y el rechazo que provoca pueden generar estrés, ansiedad e incluso enfado.
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Esta hipersensibilidad hacia ciertos ruidos, lleva a muchas personas a evitar interacciones en ambientes donde podrían exponerse a ellos. Este aislamiento puede derivar en problemas emocionales y dificultades en las relaciones interpersonales.
Se estima que, en la mayoría de los casos, el malestar se produce cuando los sonidos son generados por personas cercanas. No se trata únicamente de una molestia pasajera, sino de un malestar profundo que puede afectar la rutina diaria.
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Los sonidos más odiados por estas personas suelen estar relacionados con la masticación y deglución, la respiración fuerte o el ruido de los cubiertos en un plato. Algunos estudios sugieren que la misofonía se ha relacionado con una disfunción en la forma en que el cerebro procesa los estímulos auditivos y su conexión con el sistema emocional.
Aunque no existe una causa única, se cree que los factores neurológicos, ambientales y genéticos pueden influir en su aparición. Además, algunas investigaciones indican que quienes sufren ansiedad o estrés crónico pueden ser más propensos a desarrollar este trastorno. Este constante enfrentamiento con estímulos auditivos desagradables puede derivar en problemas emocionales.
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