Este es el paso a paso para empezar a ser más organizado cada día, según los expertos

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Mantener el orden en casa no significa transformar todo en un solo día. Según Tara Bremer, organizadora doméstica profesional, pequeños proyectos pueden generar grandes cambios en nuestra sensación de control y bienestar. Algo tan simple como organizar un cajón de trastos o despejar la mesa del comedor puede hacer que el ambiente sea más funcional y menos caótico.

El primer paso es identificar qué desorden genera más incomodidad. Tyler Moore, autor de 'Tidy Up Your Life', recomienda enfocarse en un área que pueda marcar la diferencia en poco tiempo. Puede ser un cajón desbordado de especias, una bolsa de trabajo desorganizada o una pila de zapatos en la entrada. Si el problema es un objeto repetido en varias partes de la casa, como cables o libros, la solución puede ser asignarle un espacio de almacenamiento específico.

Definir un objetivo claro es clave para mantener la motivación. Elliot Berkman, profesor de psicología, aconseja establecer metas concretas: en lugar de decir “tengo que ordenar el armario”, es mejor decidir “el martes dedicaré una hora a revisar la ropa de la temporada pasada”. Así, la tarea se vuelve manejable y se evita la procrastinación.

Aceptar que el desorden no desaparecerá por completo también es fundamental. La psicóloga Stephanie Preston señala que ciertos montones de cosas, como libros junto a la cama o documentos sin archivar, no son un problema si no afectan la funcionalidad del hogar. Lo importante es diferenciar entre el desorden que realmente interfiere con el día a día y aquel que no es prioritario.

Uno de los errores más comunes al intentar ser más organizado es querer hacerlo todo de golpe, lo que puede llevar a la frustración. Moore cuenta que, tras organizar una caja de cables durante media hora, su esposa le sugirió detenerse y disfrutar del progreso. Celebrar pequeños logros ayuda a generar el hábito sin agotarse en el intento.

Establecer pequeños logros y celebrarlos es esencial para crear un hábito de organización. Como explica Berkman, cada pequeño proyecto exitoso refuerza la motivación y genera una sensación de satisfacción. Estas pequeñas victorias son la clave para convertir la organización en un hábito sostenible en el tiempo.