La mejor clave para criar a tus hijos está en este método muy extendido en los países nórdicos
Fomentar la confianza, la independencia y aprender del fracaso son algunas de las claves que presenta el modelo noruego frente a otros modelos educacionales
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La forma en que se cría a los hijos varía enormemente según el país y la cultura. Los modelos educacionales de los países nórdicos varían mucho a los de otros países del sur de Europa. Por ejemplo, en Noruega, los padres y madres han desarrollado un modelo educativo basado en la autonomía, la responsabilidad y el contacto con la naturaleza, unos valores que consideran esenciales para el crecimiento de sus hijos.
Uno de los pilares fundamentales de la crianza noruega es la posibilidad de ofrecer tiempo de calidad a los niños, para ello, el país cuenta con políticas de permisos parentales que son de las más beneficiosas de toda Europa. Además de esta gran ventaja frente a otros países como España, el modelo noruego se basa en cuatro grandes áreas.
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Una de ellas es la estrecha relación de los noruegos con la naturaleza, un pilar básico para ellos que mejora la calidad de vida y la felicidad. Los niños noruegos, por tanto, juegan al aire libre sin importar las condiciones climáticas, algo que fomenta su desarrollo físico y emocional.
Desde muy pequeños, los padres confían en sus hijos, permitiéndoles tomar decisiones por sí mismos. Esta independencia desde una edad muy temprana les ayuda a asumir responsabilidades y a desarrollar la confianza en sus capacidades.
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Otra de las grandes áreas por las que apuestan es la de que el error no se percibe como algo negativo, sino como una oportunidad de aprendizaje. Los padres entienden que los fracasos ayudan a los niños a desarrollar su resiliencia y a afrontar con madurez los retos futuros aprendiendo de los errores.
Lejos de sobreproteger, los padres permiten que sus hijos experimenten y aprendan por sí mismos, una mentalidad que les ayuda a crecer con mayor seguridad. Por último, es muy importante la idea de que el bienestar de la comunidad es tan importante como el individual. Esta filosofía se traduce en una educación basada en la empatía y el respeto por los demás en la que se promueve una convivencia que fomenta los valores de solidaridad.
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Todo este modelo educacional hace que la sociedad noruega sea una de las más avanzadas en la actualidad en la que sus habitantes disfrutan de una calidad de vida y un bienestar propio de la época en la que vivimos, con políticas conciliadoras y una educación basada en el respeto mutuo y en la empatía por los demás.
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La forma en que se cría a los hijos varía enormemente según el país y la cultura. Los modelos educacionales de los países nórdicos varían mucho a los de otros países del sur de Europa. Por ejemplo, en Noruega, los padres y madres han desarrollado un modelo educativo basado en la autonomía, la responsabilidad y el contacto con la naturaleza, unos valores que consideran esenciales para el crecimiento de sus hijos.