Este es el hábito que puede afectar a nuestras relaciones sociales y que casi todos hemos hecho alguna vez
La clave está en superar ese instante de pereza o incomodidad inicial y recordar que nos espera la posibilidad de fortalecer nuestras relaciones y construir recuerdos valiosos
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A día de hoy, cancelar planes con amigos puede parecer una pequeña decisión sin mayores consecuencias. En concreto, esa sensación de alivio al enviar un mensaje con un "lo siento, no puedo ir" es innegable, puesto que además se ha puesto de moda el saber decir que no. Sin embargo, cuando se convierte en una costumbre, sus efectos pueden ser más profundos de lo que imaginamos.
Tal y como hemos leído en 'Business Insider', en los últimos años, la cultura del autocuidado ha impulsado la idea de que no debemos forzarnos a hacer cosas que no queremos. "No le debes nada a nadie", repiten las redes sociales, reforzando el pensamiento de que la comodidad personal debe estar por encima de cualquier compromiso social. Si bien, cabe mencionar que este enfoque puede alejarnos de los demás sin que nos demos cuenta.
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Según se indica en este artículo, estudios han demostrado que socializar es fundamental para nuestro bienestar. Aunque salir con amigos pueda parecer agotador tras un día largo, esas interacciones refuerzan nuestros vínculos y nos hacen sentir más conectados. En concreto, la investigación de William Chopik, profesor de psicología en la Universidad Estatal de Michigan, sugiere que cancelar planes repetidamente puede aumentar la sensación de soledad y aislamiento.
La paradoja es que, al evitar un pequeño malestar momentáneo, nos exponemos a un vacío social a largo plazo. De este modo, el impacto no solo se limita al ámbito personal. La cancelación frecuente de reservas en restaurantes, por ejemplo, ha llevado a muchos negocios a implementar cargos por no presentarse, ya que las mesas vacías afectan directamente sus ingresos y la manera de gestionar su proyecto.
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Además, la menor frecuencia de interacciones sociales ha generado un cambio en la forma en que nos relacionamos con trabajadores del sector servicios, quienes han reportado un aumento en el maltrato por parte de los clientes. Otro factor que ha contribuido a este fenómeno es la ansiedad social, exacerbada por la pandemia. Muchas personas han perdido la costumbre de socializar y dudan si los demás realmente disfrutan de su compañía.
Sin embargo, investigaciones sugieren que solemos subestimar cuán positivo es para los demás recibir un mensaje o una invitación para salir. De este modo, retomar el hábito de asistir a eventos y hacer planes, aunque en un principio resulte incómodo, puede ser clave para mejorar nuestro bienestar emocional. En ocasiones, la clave está en superar ese instante de pereza o incomodidad y recordar que nos espera la posibilidad de fortalecer nuestras relaciones y construir recuerdos valiosos.
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A día de hoy, cancelar planes con amigos puede parecer una pequeña decisión sin mayores consecuencias. En concreto, esa sensación de alivio al enviar un mensaje con un "lo siento, no puedo ir" es innegable, puesto que además se ha puesto de moda el saber decir que no. Sin embargo, cuando se convierte en una costumbre, sus efectos pueden ser más profundos de lo que imaginamos.