Pero, ¿qué es exactamente un diario de gratitud? Es una herramienta emocional que consiste en escribir de forma regular —idealmente a diario— aquellas cosas, personas o momentos por los que te sientes agradecida. Puede ser algo grande, como una buena noticia, o algo cotidiano, como el sabor de un café caliente en una mañana fría. Lo importante es entrenar la mirada para detectar lo positivo. Numerosos estudios psicológicos han mostrado que practicar la gratitud de forma consciente ayuda a reducir los niveles de estrés, mejora la calidad del sueño, potencia la autoestima y refuerza el sistema inmunológico. Y aunque parezca algo simple, la clave está en la constancia: cuanto más se practica, más se amplía la capacidad de ver lo bueno incluso en los días grises. Asimismo, los profesionales de la salud mental coinciden en que este tipo de ejercicio actúa como un “antídoto” frente a la negatividad y el ruido mental. Nos obliga a hacer una pausa y reconectar con lo que sí está funcionando, algo especialmente útil en momentos de incertidumbre o ansiedad.
Tener un diario de gratitud nos ayuda a ver la vida de otra forma. (Pexels)
No hay una forma “correcta” de llevar un diario de gratitud, pero sí algunas recomendaciones que pueden ayudarte a mantener el hábito. Por ejemplo, para empezar debemos elegir un momento del día que sea solo para nosotros y escribir al menos tres cosas al día, no tienen que ser grandes logros, pueden ser detalles simples pero significativos. Asimismo, es importante que especifiquemos, que digamos exactamente por qué estamos agradecidos y además debemos evitar caer en la rutina mecánica, intentando que cada día tenga un toque de frescura y autenticidad. Pero sobre todo, no debemos castigarnos si un día no escribimos, la gratitud también se practica con amabilidad hacia una misma.
La gratitud no hace que los problemas desaparezcan, pero cambia la forma en que los miramos. Y eso, según psicólogos, puede ser suficiente para fortalecer el ánimo, mejorar la actitud frente a los retos y cultivar relaciones más positivas. A veces, lo que necesitamos no es hacer más, sino parar un momento y mirar diferente. El diario de gratitud es una invitación a eso: a entrenar la mirada para descubrir lo bonito entre lo cotidiano. Porque cuando nos enfocamos en lo que tenemos, lo que falta pierde fuerza. Y ahí es donde el bienestar comienza a florecer.