Se necesita un salteado de pimientos y setas congeladas, que se cocinan a fuego alto hasta dorar. A continuación, se añade entrecot cortado en tiras, una cucharadita de maizena y un toque de salsa de soja. “Integramos bien hasta que espese y ya tenemos nuestro wok”, explica González. El resultado es una cena equilibrada, saciante y muy sabrosa.
La segunda propuesta es una ensalada templada, perfecta para los que buscan algo ligero pero completo. Se parte de una base de parrillada de verduras congelada y se acompaña con una mezcla de queso cottage, mostaza, sal y un chorrito de leche, que se bate hasta lograr una textura cremosa. Esta salsa actúa como aliño sobre una cama de lechuga al gusto. Fácil, rápida y con un toque original que rompe con la ensalada de siempre.
La tercera idea es ideal para los amantes de los platos reconfortantes: huevo poché con guisantes y cebolla. Se comienza dorando la cebolla con los guisantes, también congelados, mientras en otro cazo se prepara el huevo. “Antes de que el agua arranque a hervir añade el huevo y déjalo cocer durante 4 minutos”, recomienda la nutricionista.