El sencillo truco para eliminar la cal de la grifería y que brille como nueva
El combo de limón y pasta de dientes blanca es un aliado inesperado pero muy eficaz
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F57e%2F5a3%2F89c%2F57e5a389c73aa9431dc164b0b0f2caf5.jpg)
- Si quieres dejar tu baño impecable, descubre el truco del papel higiénico
- Diseño ético: la sostenibilidad entra en casa por la puerta grande y decora para quedarse
La cal es esa visitante no deseada que se instala en nuestros grifos sin pedir permiso. Poco a poco, va cubriendo de manchas blanquecinas la superficie metálica, apagando su brillo y dando al baño o la cocina un aspecto descuidado, aunque esté limpio. Afortunadamente, no hace falta recurrir a productos químicos agresivos —ni al socorrido vinagre blanco— para deshacerse de ella. Hay un remedio casero igual de eficaz, menos ácido y con un resultado sorprendente: limón y pasta de dientes blanca.
Sí, has leído bien. El limón, gracias a su ácido cítrico, es un desincrustante natural suave pero potente, ideal para disolver la cal sin dañar la grifería. Y la pasta de dientes, con sus micropartículas limpiadoras, actúa como un pulidor que no raya, aportando un brillo inmediato. Juntos, forman un dúo de limpieza inesperado que cada vez gana más adeptos en redes sociales y foros de limpieza.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Fc9a%2Fae1%2F8dc%2Fc9aae18dce01e2f381689e0814f9e41f.jpg)
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Fc9a%2Fae1%2F8dc%2Fc9aae18dce01e2f381689e0814f9e41f.jpg)
El proceso no puede ser más simple. Se corta un limón por la mitad y se exprime un poco de su jugo directamente sobre el grifo o la zona afectada. A continuación, se aplica una capa fina de pasta de dientes blanca (nada de geles de colores ni con microperlas abrasivas) sobre la superficie.
Con una esponja suave o un cepillo de dientes viejo, se frota con movimientos circulares durante unos minutos, insistiendo en las zonas donde la cal esté más incrustada. Luego, se deja actuar entre 5 y 10 minutos para que los ingredientes hagan su trabajo.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F6a4%2Fdd0%2Fce2%2F6a4dd0ce2405bc36bab0909676845fa1.jpg)
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F6a4%2Fdd0%2Fce2%2F6a4dd0ce2405bc36bab0909676845fa1.jpg)
Pasado ese tiempo, se enjuaga bien con agua tibia y se seca cuidadosamente con un paño de microfibra. El resultado es inmediato: la cal desaparece y la grifería recupera su brillo original, sin rayas ni manchas. Este truco es especialmente útil en grifos cromados o de acero inoxidable, donde los reflejos metálicos son parte del atractivo visual.
Otra ventaja de este método es el agradable aroma cítrico que deja en el ambiente, alejado de los olores fuertes y artificiales de los productos químicos. Además, es una opción ideal para quienes tienen la piel sensible o quieren evitar el uso de limpiadores agresivos en espacios cerrados como el baño.
- Si quieres dejar tu baño impecable, descubre el truco del papel higiénico
- Diseño ético: la sostenibilidad entra en casa por la puerta grande y decora para quedarse
La cal es esa visitante no deseada que se instala en nuestros grifos sin pedir permiso. Poco a poco, va cubriendo de manchas blanquecinas la superficie metálica, apagando su brillo y dando al baño o la cocina un aspecto descuidado, aunque esté limpio. Afortunadamente, no hace falta recurrir a productos químicos agresivos —ni al socorrido vinagre blanco— para deshacerse de ella. Hay un remedio casero igual de eficaz, menos ácido y con un resultado sorprendente: limón y pasta de dientes blanca.