Ni Pilates ni entrenamiento de fuerza: este es el mejor ejercicio a partir de los 65 para fortalecer la masa muscular

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Con el paso de los años, la pérdida de masa muscular y la rigidez articular se convierten en realidades difíciles de evitar sobre todo a partir de los 65 años. Evitar el sedentarismo es crucial para evitar que el cuerpo pierda tonicidad y disminuya su energía.

Frente a este panorama, no es necesario recurrir a entrenamientos intensivos con peso o disciplinas como Pilates o yoga. Para ello existe una opción mucho más accesible y al alcance de todos como es la calistenia, en la que trabajamos con nuestro propio peso para desarrollar nuestra masa muscular.

La calistenia se basa en el uso del propio peso corporal para fortalecer los músculos, sin necesidad de máquinas ni rutinas complejas. Se puede practicar en cualquier lugar, ya sea en casa, en un parque o en una sala pequeña, utilizando elementos cotidianos como sillas, paredes o, incluso, botellas de agua.

Movimientos simples como las sentadillas asistidas con silla, los empujes contra la pared o las elevaciones de piernas sentado, son suficientes para activar la musculatura. Además, pequeños gestos como levantar las rodillas o realizar círculos con los brazos pueden tener un impacto positivo si se realizan de forma constante y consciente.

Los beneficios de este tipo de entrenamiento son amplios y relevantes. No solo se consigue un fortalecimiento muscular, sino que también se mejora la coordinación, la movilidad y, especialmente, el equilibrio. Este último aspecto resulta crucial, ya que reduce considerablemente el riesgo de caídas, uno de los principales temores en edades avanzadas.

Además, la calistenia promueve un fortalecimiento de la conexión mente-cuerpo. Practicarla con regularidad favorece el bienestar emocional, eleva la autoestima y contribuye a mantener la mente ágil y despejada, proporcionando una sensación de autonomía sobre el propio cuerpo.

Uno de los grandes atractivos de la calistenia es que lo esencial en ella es adaptar los movimientos, escuchar las señales del cuerpo y avanzar a un ritmo que sea cómodo y sostenible. El objetivo de este entrenamiento no es recuperar la condición física de la juventud, sino mantener el cuerpo activo de una manera respetuosa y eficiente para disfrutar de una vida más plena y saludable.