Alejandro Martínez, psiquiatra: "Meditar con los ojos puestos en quien quiero llegar a ser me ayuda a no traicionar mis valores"
Combatir la ansiedad no es nada fácil, pero si se aplican diferentes trucos podemos reducirla para llevar una vida saludable
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El ritmo acelerado, la presión social, el estrés laboral y la constante incertidumbre nos mantienen en un estado de alerta que, sostenido en el tiempo, puede afectar gravemente tanto la salud mental como la física. Sin embargo, no todo está perdido. Para el psiquiatra Alejandro Martínez, encontrar dirección en medio del caos es una de las claves para recuperar la calma interior.
“Muchas veces la ansiedad nace cuando perdemos la dirección de quien queremos llegar a ser y vivimos atrapados en la inmediatez”, explica Martínez, destacando que el malestar no solo proviene del exceso de estímulos, sino también de la desconexión con nuestro propósito. En este contexto, propone una herramienta tan simple como poderosa: cerrar los ojos e imaginarse a uno mismo “un poquito más mayor, con un poquito más de canas y con un poquito más de arrugas”, y establecer una conexión emocional con ese futuro yo.
No se trata de proyectar una vida perfecta, sino de visualizar una versión más sabia de uno mismo, que ya ha cometido errores, ha tomado decisiones difíciles y ha aprendido a mirar con compasión. Martínez comparte: “A veces me siento, cierro los ojos y me imagino a mi ‘yo’ de dentro de unos años. No demasiado mayor, solo un poquito. Lo suficiente como para haber aprendido unas cuantas cosas más, haber cometido errores y también haber tomado decisiones que marcaron un antes y un después”.
Ese ejercicio, asegura, recoloca las prioridades y da perspectiva: “En ese instante, todo se recoloca. De pronto, lo urgente ya no parece tan importante. Las decisiones que hoy me cuestan, se aclaran. Y tengo una brújula: no quiero decepcionarlo. Quiero que ese futuro yo me mire con orgullo, con ternura, y me diga: ‘Lo hiciste bien. No fue perfecto, pero fuiste valiente, coherente y fiel a ti mismo’”.
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La clave de esta meditación —que el psiquiatra recomienda practicar al menos una vez por semana, o incluso podría hacerse a diario durante cinco minutos— es mantener la coherencia entre las decisiones actuales y los valores personales. “No vas a hacer absolutamente nada que vaya en contra de vuestros valores”, afirma, subrayando que esta práctica puede ayudarnos a evitar elecciones impulsivas o comportamientos que más tarde nos generen culpa o arrepentimiento.
Martínez insiste en que esta técnica no busca controlar el futuro, sino aprender a habitar el presente desde la autenticidad. “Meditar así, con los ojos puestos en quien quiero llegar a ser, me ayuda a no traicionar mis valores. A no hacer cosas que luego me pesen, que me alejen de mi paz o de mi verdad”, sostiene. Y añade: “Esta práctica me da perspectiva, y con perspectiva, llega la calma”.
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Además, asegura que “la meditación del futuro yo no es imaginar una vida perfecta", sino que funciona como "un vínculo de honestidad conmigo mismo". Continua explicando que es "una conversación silenciosa entre la persona que soy y la persona que me gustaría ser. Y esa conversación me recuerda que cada pequeño acto cuenta. Que cada elección es una semilla. Y que sembrar en coherencia da como fruto una vida más ligera, más auténtica y feliz”.
Martínez, concluye con una idea tan sencilla como poderosa: “No necesito saber exactamente qué vendrá. Solo necesito estar en paz con lo que estoy eligiendo hoy”.
El ritmo acelerado, la presión social, el estrés laboral y la constante incertidumbre nos mantienen en un estado de alerta que, sostenido en el tiempo, puede afectar gravemente tanto la salud mental como la física. Sin embargo, no todo está perdido. Para el psiquiatra Alejandro Martínez, encontrar dirección en medio del caos es una de las claves para recuperar la calma interior.