La ciencia detrás del ‘chupito digestivo’ y por qué en realidad no lo es, según el médico Fernando Fabiani
Lo que durante años se ha considerado un remedio casero o una tradición beneficiosa, se revela como una práctica más nociva que útil
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Fe19%2Fdad%2F0f3%2Fe19dad0f32566ebf899483a43d695306.jpg)
- El perfecto manual antirresaca: así combates los efectos del alcohol
- Esta receta es perfecta para comer antes de beber alcohol y evitar la resaca
La costumbre de tomar un chupito de licor después de comer está profundamente arraigada en muchas culturas, especialmente en contextos sociales o familiares. Este gesto, convertido en ritual de sobremesa, se ha asociado durante décadas a un supuesto beneficio digestivo. La creencia popular afirma que una copa de licor tras una comida copiosa ayuda a “bajar la comida” y a sentirse más ligero. Sin embargo, la ciencia contradice esta idea. Lejos de facilitar la digestión, el alcohol puede entorpecerla y generar molestias, como advierte el médico de familia y divulgador Fernando Fabiani.
Según Fabiani, este hábito es en realidad un mito sin ninguna base científica. En sus redes sociales ha explicado que la copa “digestiva” tiene tres efectos principales que perjudican al proceso digestivo. El primero es que ralentiza el vaciado gástrico, es decir, el paso del contenido del estómago hacia el intestino delgado.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Feaf%2F812%2F63e%2Feaf81263ea0e7dc206a777099360322a.jpg)
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Feaf%2F812%2F63e%2Feaf81263ea0e7dc206a777099360322a.jpg)
Esto provoca una digestión más lenta, sensación de pesadez e hinchazón prolongada, justo lo contrario de lo que se busca con ese trago final. A pesar de que el licor se percibe como una ayuda, su efecto fisiológico real genera incomodidad.
El segundo efecto negativo del alcohol es que también ralentiza el tránsito intestinal. Es decir, una vez que la comida llega al intestino, este también trabaja más despacio. Además, Fabiani señala que cuanto mayor es la graduación del licor, más acentuado es este efecto, desmontando así la creencia de que un licor fuerte es “más digestivo”. Esta ralentización puede ocasionar digestiones pesadas, molestias abdominales e incluso episodios de estreñimiento.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F1bd%2F8ba%2F254%2F1bd8ba2549f3383e6c3acea246e2a2b0.jpg)
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F1bd%2F8ba%2F254%2F1bd8ba2549f3383e6c3acea246e2a2b0.jpg)
El tercer problema destacado por Fabiani es que el alcohol favorece el reflujo gastroesofágico. Esto significa que aumenta la probabilidad de que el contenido del estómago, incluidos los ácidos gástricos, ascienda hasta el esófago, provocando ardor o la molesta sensación de que la comida “se repite”. Este efecto es especialmente perjudicial para personas que ya sufren de acidez o reflujo con frecuencia, ya que el alcohol agrava notablemente sus síntomas.
La comunidad científica respalda estas advertencias. Luis Bujanda, presidente de la Asociación Española de Gastroenterología, y Violeta Sastre, del Hospital Universitario Santa Lucía, coinciden en que no existe evidencia científica que respalde los beneficios digestivos del alcohol. Por el contrario, alertan de su capacidad para ralentizar la digestión y empeorar trastornos como el reflujo.
- El perfecto manual antirresaca: así combates los efectos del alcohol
- Esta receta es perfecta para comer antes de beber alcohol y evitar la resaca
La costumbre de tomar un chupito de licor después de comer está profundamente arraigada en muchas culturas, especialmente en contextos sociales o familiares. Este gesto, convertido en ritual de sobremesa, se ha asociado durante décadas a un supuesto beneficio digestivo. La creencia popular afirma que una copa de licor tras una comida copiosa ayuda a “bajar la comida” y a sentirse más ligero. Sin embargo, la ciencia contradice esta idea. Lejos de facilitar la digestión, el alcohol puede entorpecerla y generar molestias, como advierte el médico de familia y divulgador Fernando Fabiani.